Reseña de "Máquinas como yo", de Ian McEwan

"Era el anhelo religioso con el don de la esperanza; era el santo grial de la ciencia. Nuestras ambiciones fluctuaban –más alto, más bajo– gracias a un mito de la creación hecho real, a un acto monstruoso de autoamor. En cuanto fuera factible, no tendríamos otra opción que seguir nuestros deseos y atenernos a las consecuencias. En términos más elevados, aspirábamos a escapar de nuestra mortalidad, a enfrentarnos o incluso reemplazar la divinidad mediante un yo perfecto".

Los escritos de Ian McEwan nunca resultan cómodas para el lector, pues siempre se las ingenia para llamar la atención, hasta el punto de que le apodan Ian Macabre. Publica casi siempre su nueva obra dos años después de la anterior, por lo que ya se esperaba su trabajo posterior a la excelente "Cáscara de nuez", de 2017. Supone la novela número quince en su bibliografía, que también incluye dos colecciones de relatos y dos libros infantiles.

Anagrama ha publicado en España "Máquinas como yo", en edición en tapa blanda, de 360 páginas, que sale a la venta al precio de 19,85€. También está disponible en edición digital para descargar para Kindle, por 9,49€.

Sinopsis de "Máquinas como yo", un hombre, una mujer y un robot

La trama se desarrolla en una versión alternativa de Londres, en los años ochenta. Lennon y JFK están vivos, mientras que el Reino Unido ha sido humillado en la Guerra de las Malvinas. Por otro lado, el científico Alan Turing no se ha suicidado comiéndose una manzana envenenada, atormentado por las consecuencias del juicio al que fue sometido en los años cincuenta por su homosexualidad, así que se ha dedicado al desarrollo de la inteligencia artificial, partiendo de su trabajo durante la II Guerra Mundial. Como resultado, se han creado a los primeros seres humanos sintéticos, denominados Adán y Eva, que se comercializan para quienes se lo puedan permitir.

Tras heredar una elevada suma de dinero después de la muerte de su madre, Charlie Friend toma una discutible decisión. Pese a que vive en un destartalado apartamento, se lo gasta todo en adquirir uno de los Adanes de la primera hornada (las Evas se acabaron enseguida). Están diseñados para hacer compañía y ayudar en la casa, así que Friend lo programa a su medida con ayuda de la joven Miranda, su vecina y amante. Pero Miranda se siente atraída por este ser de apariencia perfecta, que por su parte ha descubierto un comprometedor secreto de su pasado.

Crítica de "Máquinas como yo", giro en la trayectoria del autor

Resulta curioso que Ian McEwan se haya pasado a la ciencia ficción distópica, pero logra resultados sorprendentes, a medio camino entre los relatos sobre la evolución de la ética de los robots de Isaac Asimov y el frío e incómodo J.G. Ballard, maestros en este terreno. El género no se le da mal, quizás resultan un tanto innecesarias sus numerosas explicaciones de lo que ha ocurrido en el mundo alternativo en el que transcurre la acción. Pero por otro lado sabe sacarle tajada a temas recurrentes del género como los límites de la naturaleza humana. 

Algunos críticos han tachado a "Máquinas como yo" de obra menor, y sin embargo, se trata de una novela muy distinta en diversos aspectos a las anteriores. Además, deja huella, pues como es habitual Ian McEwan consigue revolver al lector con dilemas morales, sobre los celos, la culpa, la justicia, la responsabilidad, la necesidad de tener una familia, y la creación de vida artificial, temática que traerá a la memoria "Frankenstein o el moderno Prometeo", de Mary Shelley. ¿La creación de Inteligencia Artificial traerá consigo facilitar la existencia de las personas o por el contrario desembocará en sufrimiento? ¿Puede una máquina juzgar a los hombres?

A través de una prosa magistral, desarrolla una trama que sorprende en cada giro, dejando embelesado al lector. En algunos pasajes, coquetea con el género de terror, como en la escena del armario, o la del parque, pero en otros muchos hace gala de un sofisticado sentido del humor. El británico sobresale otra vez en lo relativo a la creación de personajes, pues los tres principales están bien descritos, sobre todo Charlie, holgazán, adicto a las nuevas tecnologías, que se siente amenazado por la perfección de Adán. Éste también está bien pintado, como una máquina deseosa de tener autonomía, así como la contradictoria Miranda. Un cuarto personaje llama la atención, robando los pocos fragmentos en los que aparece, Mark –un niño que pretende adoptar Charlie–, que recuerda la pericia del autor a la hora de describir a personajes infantiles; no en vano su creación más famosa quizás sea Briony Tallis en "Expiación".

En suma, un libro tan perturbador como "Amor perdurable", del mismo autor, con el que por una vez cambia de registro.

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Crítica de "Los testamentos", de Margaret Atwood, secuela de "El cuento de la criada"

"La estatua es majestuosa, como suelen ser las estatuas, y me muestra más joven y delgada de lo que soy al natural, en mejor forma de lo que he estado en mucho tiempo. Aparezco erguida, con la barbilla alta y los labios curvados en una sonrisa dura pero benévola. La mirada se pierde en un punto del firmamento, representando mi idealismo, mi inquebrantable compromiso con el deber, mi tenacidad de avanzar salvando todos los obstáculos". 

Han pasado 34 años desde que Margaret Atwood publicara "El cuento de la criada", que en su momento no fue un best-seller, pero estaba considerada una obra de primer nivel por los apasionados de la ciencia ficción. Ahora ha conocido el éxito masivo a rebufo de la enorme repercusión en tiempos post #MeToo de la serie de Hulu, lo que ha animado a la autora –que tuvo un cameo en la misma– para su continuación.  Entre sus narradores destaca la presencia de algunos personajes que resultarán familiares al lector, como la pérfida tía Lydia, o Nicole, la hija que pasó a Canadá la protagonista del libro anterior, mientras que ésta, DeFred, realiza una brevísima aparición.

Al final del volumen, la autora puntualiza que para la trama se ha inspirado en parte en lo que sus propios lectores le han comentado que imaginaron que sucedería a continuación de lo ya narrado. "35 años dan para “una larga combinación de respuestas posibles", asegura.

Salamandra ha publicado en España "Los testamentos", de Margaret Atwood, en edición en rústica con solapas, de 512 páginas, que ha salido a la venta al precio de 19,95€. También está disponible en versión para descargar para Kindle, por 12,34€.

Sinopsis de "Los testamentos", tres mujeres muy diferentes


La acción arranca quince años después del final de la obra original. El régimen de Gilead se mantiene todavía en pie, pero muestra poco a poco signos de decadencia. Allí, la niña Agnes, hija de un importante Comandante, ha vivido siempre desde que existe el nuevo orden, dedicada a jugar con sus muñecas, con las que imita lo que ve en su casa, aunque empieza a darse cuenta de que algo no va bien.

Por otro lado, la citada Nicole (ahora conocida como Daisy) tiene su residencia fuera, en la limítrofe Canadá, donde tras enterarse por las noticias televisivas de lo que ocurre en Gilead, se suma a las manifestaciones de protesta contra sus mandatarios, sin saber que esto le acarreará problemas. Sus caminos se cruzarán con el de tía Lydia, una de las fundadoras de la República Teocrática, instructora implacable de las criadas, a las que no duda en torturar si es necesario.

Reseña de "Los testamentos", respuestas a los interrogantes

La enorme repercusión de la serie de HBO había colocado las expectativas demasiado altas, todo indicaba que pese a su habitual calidad literaria, la eterna aspirante al Nobel de Literatura Atwood tenía todas las de perder tras meterse en este berenjenal. Pues bien, tan arriesgada empresa se salda con un balance positivo, podría ser más brillante, está claro que no llega a la altura de su predecesora, pero la nueva novela tiene muchos puntos de interés, coquetea con la intriga, y se lee de un tirón, gracias a sus eficaces giros, lo que siempre se agradece. En suma, nadie se sentirá defraudado.

Escrita en un estilo muy directo, y ágil, aquí no parece que haya muchas pretensiones de trazar metáforas y componer literatura de primer nivel. Pero sí que la escritora ha hilado bien el argumento, y se las arregla para crear una gran tensión, y una atmósfera claustrofóbica, con momentos muy logrados. Además, sus personajes son muy humanos, destaca la complejidad con la que describe a la astuta Tía Lydia, explicando por qué ha llegado a ser una torturadora, y su visión del mundo, en el que las personas pueden triunfar o caer derrotados en función de su fortaleza, y la justicia es una pantomima, por lo que se impone convertirse en una superviviente a toda costa.

Aunque quizás no logre la misma profundidad, sí que logra actualizar los mensajes de la anterior, hablando de refugiados que bien podrían compararse con los de hoy en día, que sienten poca solidaridad en los estados de su alrededor, salvo por la que muestran algunos activistas comprometidos. Por desgracia, los problemas que amenazaban el mundo cuando salió "El cuento de la criada" siguen estando bastante vigentes.

En resumen, ata muy bien los cabos sueltos de la anterior, y ofrece un convincente desenlace para lo que ésta planteaba. Habla de temas como la lealtad, la amistad o el adulterio. Y aunque ha usado algún elemento que procede de la serie, Atwood reivindica que al fin y al cabo ella fue quien se inventó esta historia.


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Reseña de "El pintor de almas", de Ildefonso Falcones

Los gritos de centenares de mujeres y niños retumbaban en las callejas del casco antiguo. «¡Huelga!» «¡Cerrad las puertas!» «¡Detened las máquinas!» «¡Bajad las persianas!» El piquete de mujeres, muchas de ellas con niños pequeños en sus brazos o tratando de mantenerlos agarrados de la mano, a pesar de los esfuerzos de estos por escapar para unirse a aquellos un poco más mayores, libres de control, recorría las calles de la ciudad vieja instando a los obreros y los mercaderes que todavía mantenían abiertos talleres, fábricas y comercios a que detuvieran de inmediato su actividad. Los palos y barrotes que enarbolaban convencían a la mayoría, aunque no eran extrañas las roturas de los cristales de escaparates y alguna que otra reyerta".

Tras haber buscado nuevos caminos con "La mano de Fátima" y "La reina descalza", Ildefonso Falcones retomó la trama de su exitosa ópera prima, "La catedral del mar", en 2016, con "Los herederos de la tierra", secuela que de nuevo obtuvo buenas cifras de ventas. Ahora, el abogado y escritor ha concluido su quinto trabajo, otro relato completamente nuevo, que ha compuesto mientras que hacía frente a una terrible enfermedad.

Al parecer, el origen del volumen tiene que ver con una anécdota que escuchaba desde niño. "La familia de mi madre desechó comprar un piso en La Pedrera porque no había ningún mueble que pudieran salvar de su antigua residencia para encajarlo con las paredes ondulantes”, ha comentado el escritor.

Grijalbo publica "El pintor de almas", en edición en tapa dura con sobrecubierta, de 684 páginas, que sale a la venta al precio de 21,75€.  También está disponible en versión digital para descargar para Kindle, por 12,34€.

Sinopsis de "El pintor de almas", época de rebeldía

La acción tiene lugar en Barcelona, a principios del siglo XX, una época de enorme agitación social. Sigue al modesto artista Dalmau Sala, hijo de un anarquista ajusticiado, que apoya las reivindicaciones de Montse, su hermana, y Emma su novia, que encabezan las manifestaciones, pues las fuerzas de seguridad se lo piensan dos veces antes de cargar contra ellas, al contrario de lo que harían con sus maridos. Trabaja en el taller de Manuel Bello, artesano de la cerámica, con profundas creencias católicas.

Por su parte, Emma –también huérfana de otro revolucionario– trabaja como cocinera. Cada vez, Dalmau está más solicitado como pintor. Cuando Montse acaba siendo arrestada por la policía, tratará de liberarla por todos los medios. Por desgracia, se encontrará con todo tipo de dificultades inesperadas.

Crítica de "El pintor de almas", mimando a los lectores

Como cabe esperar, Ildefonso Falcones arriesga una vez más poco, pues tiene bastantes elementos en común con sus anteriores trabajos, y con los grandes éxitos de Ken Follet, o sea que un protagonista pobre pero con enorme talento artístico vive todo tipo de vicisitudes y contrariedades, en un contexto artístico; aquí se sustituye la construcción de una catedral por los albores del Modernismo. Esto tiene su lado positivo, ya que da a la mayoría de los lectores exactamente lo que buscan. Otros echarán de menos un poco más de frescura, único punto donde la obra puede resultar discutible. 

A su favor juega su lograda descripción de los cambios sociales que se dieron en la ciudad condal en aquella época. Contrapone los lujos de la burguesía catalana que reclutaba a Gaudí, a Puig i Cadafalch, a Domènech i Montaner y al resto de genios del movimiento, con las duras condiciones de vida de los obreros a los que explotaban. Bien documentada, consigue además describir muy bien los acontecimientos históricos sin interrumpir el ritmo dinámico de la narración, lo que tiene mérito.

Escrito en tercera persona, en capítulos extensos, engancha hasta el final. El espectador que inicie la lectura, se interesará por el destino de sus personajes, y continuará pasando páginas hasta la última. Se diría que supera a los tres anteriores trabajos del autor, quizás no a su debut. Por supuesto no faltan los toques feministas que siempre incluye este escritor.

Sus personajes están descritos con pocos rasgos, estratagema con la que se consigue que el lector les sitúe en todo momento. Llama la atención sobre todo Dalmau, típico idealista capaz de plasmar en sus pinturas las almas de los más desfavorecidos, que se debate entre la fidelidad a sus ideas, y su dependencia de las familias ricas para poder continuar con su arte. También resulta interesante la evolución de Emma, luchadora incansable por la igualdad de todos los ciudadanos, así como algunos de los numerosos personajes secundarios con los que se van encontrando. En resumen, más de lo mismo pero inspirado.


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Reseña de "Largo pétalo de mar", de Isabel Allende

"El soldadito era de la Quinta del Biberón, la leva de niños reclutados cuando ya no quedaban hombres jóvenes ni viejos para la guerra. Víctor Dalmau lo recibió junto a otros heridos que sacaron del vagón de carga sin mucha consideración, porque había prisa, y tendieron como leños en esterillas sobre el piso de cemento y piedra de la estación del Norte, en espera de otros vehículos para llevarlos a los centros hospitalarios del Ejército del Este. Estaba inerte, con la expresión tranquila de quien ha visto a los ángeles y ya nada teme. Quién sabe cuántos días llevaba zarandeado de una camilla a otra, de una posta de campaña a otra, de una ambulancia a otra, hasta llegar a Cataluña en ese tren".

Pese a que ha evolucionado mucho con los años, Isabel Allende ha logrado la hazaña de mantener pese al transcurrir de los años a sus lectores, y sumar a las nuevas generaciones. Tras un libro con elementos autobiográficos, "Más allá del invierno", de 2017, se diría que para su nuevo trabajo ha retomado la línea del anterior, "El amante japonés", de 2014, centrado en personajes que tienen que hacer frente a terribles acontecimientos históricos.

Plaza & Janés publica en España "Largo pétalo de mar", de Isabel Allende, en tapa dura, de 384 páginas, que ha salido a la venta al precio de 21,75€. También está disponible en edición digital para descargar para Kindle, por 12,34€.

Sinopsis de "Largo pétalo de mar", de Isabel Allende

Así, la autora viva más leída en español traslada esta vez al lector al momento en el que el poeta Pablo Neruda fleta el navío Winnipeg, para llevar a su país a dos mil españoles exiliados durante la Guerra Civil Española. Acaba embarcando en el mismo, uniéndose a lo que el poeta definió como un "largo pétalo de mar y nieve" Víctor Dalmau, médico de Barcelona, que ha huido de los horrores bélicos junto a Roser Bruguera, una amiga pianista, cuando ambos se han dado cuenta de que el ganador de la contienda ya está decidido.

Tras un trayecto lleno de penurias, los viajeros llegan a su destino, donde son recibidos como héroes, pero les costará bastante aceptarse a la vida lejos de su hogar.

Reseña de "Largo pétalo de mar", de Isabel Allende

Tiene mérito que pese a su larga trayectoria, la chilena siga sorprendiendo a sus lectores, esta vez con un tema que le toca de cerca, pues se centra sobre todo en el gobierno y posterior derrocamiento de Salvador Allende. Como es bien sabido, el presidente era primo hermano del padre de la escritora, el diplomático Tomás Allende Pesse. Pero sobre todo, habla del desarraigo, un tema que conoce a la perfección, pues por la profesión de su progenitor vivió su infancia en diversos países, y después ella misma se vio obligada a exiliarse por los acontecimientos históricos. Contagia al lector el pesar que se siente cuando uno no se siente aceptado, e ignora dónde va a morir.

También reflexiona sobre los diferentes tipos de amor. Contrapone la pasión salvaje de juventud, con el romance en la madurez. Quizás la historia de amor da lugar a los pasajes más interesantes del libro, por encima de los elementos de novela histórica.

Curiosamente, la obra entronca con "La casa de los espíritus", el título más conocido de Isabel Allende, porque pese a que ya ha prescindido del Realismo Mágico con el que triunfó, cuenta varios años de la historia de Chile, vista a través de los ojos de personajes anónimos. En este caso, muestra el punto de vista de un extranjero, al que presenta como amigo de Salvador Allende, ya que juega al ajedrez con él. Cuenta con personajes que sabe desarrollar bastante bien, y consigue que evolucionen de forma coherente, sobre todo en el caso de Víctor y Roser –dibujando muy bien su relación poco convencional–, aunque también los secundarios están llenos de humanidad.

En estos tiempos resulta un tanto arriesgado que homenajee al artífice de la odisea del Winnipeg, Pablo Neruda, cuyos versos no sólo han dado lugar al título, sino que también sirven como guía de los capítulos. Pese a que en los últimos tiempos se le ha desprestigiado al considerarle machista, todo indica que Allende reivindica su faceta artística, quedándose con su inolvidable obra literaria.

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