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Reseña de "Las tinieblas y el alba", de Ken Follet, precuela de "Los pilares de la Tierra"

"Edgar siempre sabía qué día era. La mayoría de la gente tenía que preguntárselo a los clérigos, que eran quienes se ocupaban de los calendarios. El hermano mayor de Edgar, Erman, le había dicho en cierta ocasión: «¿Cómo es que sabes cuándo es el día de Pascua?», y él le había respondido: «Porque es el primer domingo tras la primera luna llena después del 21 de marzo, evidentemente». Añadir la apostilla de «evidentemente» había sido un error, porque Erman le había dado un puñetazo en el estómago, castigándolo por su sarcasmo. De eso hacía algunos años, cuando Edgar era pequeño. Ahora ya era mayor; cumpliría los dieciocho tres días después de la festividad de San Juan. Sus hermanos ya no le daban puñetazos".

En 1989, Ken Follet publicaba su novela histórica más conocida, "Los pilares de la Tierra", ambientada en la ciudad de Kingsbridge, en el condado de Devon (Inglaterra) en el siglo XII. Como es de sobra conocido, cuenta la historia de Jack Builder, que acaba construyendo la catedral del lugar, primera de estilo gótico del país. Años después, el galés trasladó la acción al XIV en "Un mundo sin fin" (2007), la continuación, y al XV, en "Una columna de fuego" (2017). Ahora, publica un cuarto volumen, "Las tinieblas y el alba", precuela que transcurre en a finales del X y principios del XI.

"Empecé a preguntarme cómo sería Kingsbridge antes de convertirse en una ciudad próspera", comenta el escritor en una entrevista. "Pensé en el periodo alrededor del año 1000, punto de inflexión en la historia europea, final de lo que llaman en Inglaterra la Edad Oscura y comienzo de la Edad Media. En ese mundo tres grupos luchaban y competían para dominar Inglaterra: los anglosajones, que vivían ahí; los vikingos, que atacaban constantemente con incursiones a Inglaterra y los normandos, al otro lado del canal de la mancha. Con esos tres grupos había mucho material para escribir una novela. Siempre que hay progreso, hay conflicto".

Plaza & Janes publica en España "Las tinieblas y el alba", en edición en tapa dura con sobrecubierta, de 1058 páginas, que sale a la venta al precio de 23,65€. También está disponible en edición para descargar para Kindle, por 12,34€. 


Sinopsis de "Las tinieblas y el alba", regreso a Kingsbridge

997 d.c. Edgar, hijo de dieciocho años de un constructor de barcos del pueblo costero de Combe, se levanta temprano porque ha concluido una embarcación en la que piensa fugarse con Sungifu, de la que se ha enamorado, pero que está casada. Antes de que pueda encontrarse con ella, aparecen los vikingos, que saquean el lugar, provocando una oleada de destrucción, y matando al objeto de sus deseos. Convencido de que no volverá a amar a nadie más, Edgar se verá obligado a mudarse con los suyos, su madre y sus dos hermanos, pues los atacantes también han asesinado a su progenitor, y han destruido sus reservas de madera para construir embarcaciones. El clan acaba instalado en Dreng's Ferry, donde les han ofrecido una rudimentaria granja que si logran sacar adelante les dará de comer. En su nuevo hogar, Edgar empezará a trabajar como barquero, y a desarrollar sus talentos como constructor. Encontrará enemigos, pero también aliados, sobre todo Aldred, un monje intelectual, que espera construir un gran centro de aprendizaje para la noble causa de expandir el conocimiento.

Por otro lado, Lady Ragna vive en Cherburgo con sus padres nobles, que quieren comprometerla con un pretendiente al que ella no ama. En su lugar, se fija en Wilfwulf, un cacique británico hermano de Wynstan, un obispo corrupto amante de los placeres terrenales. Tras una serie de avatares, Ragna logrará que sus progenitores toleren que se case con Wilfwulf, pero pronto descubrirá que éste tiene una esposa anterior y un hijo, y jamás le ha hablado sobre ellos.

Reseña de "Las tinieblas y el alba", más de lo mismo con las suficientes variaciones

Hasta quienes conocen desde hace muchos años el estilo de Ken Follet, y saben que cada cuatro o cinco páginas tiene que incluir necesariamente un giro, y que sus personajes las pasarán canutas, no pueden evitar engancharse a sus novelas cada vez que publica una nueva. No es distinto en el caso de "Las tinieblas y el alba", donde demuestra una vez más que la veteranía es un grado, y que es el rey de un estilo que copian numerosísimos imitadores en muchos países. La acción abarca diez años (un período menor al de las otras entregas), pero absorbe como siempre, de forma que cuando el libro acaba, el lector se queda con ganas de más. 

De nuevo narra en tercera persona, se extiende más de mil páginas y va alternando las peripecias de los personajes principales, representantes de diversos rangos sociales. O sea, que no cambia de estilo, y de nuevo algunos personajes y situaciones parecen demasiado contemporáneas, pero su trabajo funciona, y tiene un ritmo vertiginoso. Como el resto de la saga, explica muy bien cómo las decisiones del poder económico y religioso tienen consecuencias en la vida de los más pobres. 

Se diferencia en que mientras que las entregas anteriores incluyen grandes empresas de construcción (una iglesia, un puente y una torre), ésta presenta algunas más pequeñas (aunque no menos problemáticas), que ya no son el centro de la historia. Contrapone la sociedad normanda, bastante avanzada y fuerte militarmente, con la anglosajona, más violenta, y donde se respeta menos la ley. Recrea con convicción la época; se nota que Ken Follet se siente cómodo escribiendo sobre los Años Oscuros y la Edad Media, su gran especialidad. Detalles como el funcionamiento de los tribunales confieren un enorme realismo al volumen, y al parecer ha incluido (aunque no se nota) algunos datos inventados sobre los que no ha logrado documentarse, como el aspecto de la ropa interior de la gente. Sobre todo sabe comunicar muy bien creencias de entonces, por ejemplo que las mujeres solo quedarían embarazadas si disfrutaban de las relaciones sexuales.

En cuanto a los personajes, cuatro llevan el mayor peso de la acción: Edgar, Ragna, Wynstan y Aldred. Edgar recuerda mucho a anteriores héroes de su creador, al tratarse de un tipo con buenas intenciones y valores, que pese a su extracción humilde y los avatares de la vida, consigue ir formándose poco a poco. Aldred representa al estamento religioso más cultivado, mientras que Wynstan sería su némesis, un obispo cruel y ávido de poder, que para convertirse en obispo pasará por encima de quien haga falta.

Por su parte, Ragna trae a la memoria a Aliena, de "Los pilares de la Tierra" y a otras de sus mujeres fuertes (Caris Wooler en "Un mundo sin fin", o Carla von Ulrich en "El invierno del mundo"). Pese a que quizás sea demasiado feminista para que resulte creíble que vive en el siglo XI, se trata de un personaje bastante atractivo.

En caso de interés, se puede adquirir la novela pinchando en los enlaces.


Crítica de "Una columna de fuego", de Ken Follet

"Ned Willard regresó a casa, a Kingsbridge, en plena ventisca. Navegó río arriba desde la ciudad portuaria de Combe Harbour a bordo de una lenta barcaza cargada con telas de Amberes y vino de Burdeos. Cuando advirtió que la embarcación se aproximaba al fin a Kingsbridge, se arrebujó la capa sobre los hombros, se subió la capucha para protegerse las orejas, salió a cubierta y miró al frente".

Después de finalizar su larga trilogía "The Century", compuesta por "La caída de los gigantes", "El invierno del mundo" y "El umbral de la eternidad", ahora Ken Follet recupera su saga más representativa, iniciada con "Los pilares de la Tierra", su libro más conocido, que continuaba en "Un mundo sin fin".

Plaza & Janes publica "Una columna de fuego", en tapa dura de 944 páginas, al precio de 23,65€. También puede comprarse en versión para descargar para Kindle, por 12,34€.

Argumento de "Una columna de fuego", el comerciante caído

La trama comienza en el año 1558. El joven comerciante Ned Willard vuelve a su casa, en Kingsbridge, por Navidad, tras pasar unos años fuera. Pretende casarse con la joven de la que está enamorado, Margery Fitzgerald, hija del alcalde de la ciudad, que le corresponde, pues esperaba ilusionada su regreso.

Pero el padre de la muchacha tiene otros planes, quiere que contraiga matrimonio con el vizconde de Shiring, por su condición noble. Como ésta se niega, el otro hijo, Rollo, fanático católico, inventará mentiras para hacer caer en desgracia a Ned. Éste debe marcharse, y acaba ayudando a William Cecil, consejero de Isabel Tudor. Mientras tanto, en París, Pierre de Aumande se infiltra en la familia de la misionera Sylvie para sacar información del protestantismo francés.

Crítica de "Una columna de fuego", ofrece lo que promete

Sorprende (para bien) que el escritor haya sido capaz de continuar la saga, sin aburrir a las ovejas, pero lo cierto es que engancha de principio a fin, a pesar de su enorme extensión, cercana a las 1000 páginas, y de la multitud de personajes. La mayoría de éstos resultan atractivos, sobre todo Margery, principal protagonista femenina, lo que no resulta una novedad, al autor siempre se le han dado mejor las mujeres en sus textos.

De la misma forma, resulta apasionante la subtrama de diplomacia internacional que atañe a Cecil, el pícaro estudiante Pierre, y por último la misionera Sylvie, que sólo quiere predicar la palabra de Dios. Todos ellos se mezclan con numerosos personajes reales, como Catalina de Médici, María Estuardo, etc. Por supuesto, no faltan alusiones a Tom Wilder, y demás personajes de los libros precedentes. También describe múltiples escenarios de la época, como Londres, Flandes, y hasta el Nuevo Mundo.

Se centra sobre todo en el conflicto entre católicos y protestantes, que irrumpieron exigiendo libertad para leer el evangelio, lo que explica su aceptación. Esta subtrama resulta apasionante si no se conocen muchos detalles históricos.

Se pueden sacar puntos débiles de "Una columna de fuego", en especial que algunos personajes, como Margery, parecen adelantados a su época, más propios del siglo XXI que del XVI. Y sobre todo que resulta un poco tópica su visión del catolicismo de la época, y su inquina mal disimulada contra España, que sigue los patrones de la Leyenda Negra. Se echa de menos que hubiera matizado un poco.

Tampoco llega a lograr tensión dramática de la primera entrega. En cualquier caso, son todo defectos menores, pues el escritor crea una convincente atmósfera, y ningún lector que sepa lo que tiene entre manos quedará decepcionado.

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"El umbral de la eternidad", de Ken Follet


Capítulo final de la Trilogía Century, el proyecto más ambicioso de Ken Follet. "El umbral de la eternidad" compone con "La caída de los gigantes" y "El invierno del mundo" un ilustrativo recorrido por la historia del siglo XX a través de la historia de cinco familias.
 
El lanzamiento supone uno de los grandes acontecimientos de la temporada de libros.
Plaza & Janés ha sacado a la venta "El umbral de la eternidad" en edición en tapa dura, de 1.152 páginas, al precio de 24€. También está disponible en versión e-book por 11,39 euros.

Sinopsis de “El umbral de la eternidad”, un mundo en cambio continuo

Como cabía esperar, toma como personajes principales a los vástagos de los de la segunda entrega, y nietos de los de la primera. Rebecca Hoffman, hija adoptiva de Carla y nieta de lady Maud (uno de los personajes más recordados del volumen inicial), vive en Berlín Oriental, donde imparte clases de ruso y sustituye al profesor de inglés. Recibe una citación de la Stasi –policía  secreta–, lo que suele tener consecuencias nefastas, aunque en su caso descubrirá una sorprendente verdad relacionada con su reciente marido.

Mientras, en Estados Unidos, George Jake, hijo no reconocido del senador Greg Peshkov con una afroamericana, se prepara para incorporarse a los Viajeros por la Libertad, para luchar contra las discriminaciones raciales. Cameron Dewar se convertirá en espía. En Inglaterra, Dave, el hijo de Lloyd y Daisy, está dotado de una gran inteligencia, pese a que saca malas notas por culpa de su dislexia, mientras que su hermana se inclina por el mundo de la farándula. Jasper (hijo de Eva Murray) ejerce como periodista, sin demostrar demasiados escrúpulos.
Por último, en Rusia, los Dvorkin-Peshkov viven en apartamentos repartidos por el gobierno para militares. Dimka, nieto de Grigori Peshkov y Katerina, se ha convertido en asistente del Kremlin, afín al régimen comunista, mientras que su hermana melliza, la periodista Tania, se convertirá en una disidente. 

Crítica de “El umbral de la eternidad”, un fin de siglo trascendente

Dando muestras de su astucia habitual a la hora de estructurar novelas, Follet selecciona muy bien los sucesos históricos en los que se ven involucrados sus personajes, dando pie a un mosaico bastante ilustrativo y lo suficientemente documentado del último tercio del siglo XX, hasta 1989.

El período histórico propicia momentos de enorme dramatismo, y los habituales giros del responsable de la ya legendaria Los pilares de la Tierra, con los que consigue estar interesando continuamente al lector.

Entrelaza con habilidad las vivencias personales de los protagonistas con momentos clave, como el asesinato de los hermanos Kennedy, la lucha por los derechos civiles de Martin Luther King y la muerte de éste (uno de los tramos más logrados del libro), el activismo del sindicato Solidaridad en Polonia, la caída del comunismo, etc. El autor aprovecha especialmente la guerra de Vietnam, donde uno de los protagonistas las pasa canutas, ofreciendo una visión realista y oscura que recuerda a la de películas como "Apocalypse Now".
También aprovecha al máximo la tensión de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, y la época del movimiento hippy y el amor libre (si bien se nota que mete con calzador demasiado sexo, para aumentar las ventas). Se puede decir que Ken Follet describe muy bien los movimientos culturales y las modas de los años en los que transcurren las tramas.

Entre los diversos personajes reales que interaccionan con los personajes de ficción, el escritor se luce sobre todo con John Fitzgerald Kennedy, a quien critica por su poca capacidad de manejar los asuntos domésticos y sus escarceos sexuales, pero al que también alaba por su hábilidad para la política exterior. También aparecen figuras como Lech Walęsa, Ronald Reagan, Mijaíl Gorbachov o George H.W. Bush, y retrata el ascenso del dirigente soviético Nikita Jrushchov.

Un libro adictivo

Quizás se acusará a “El umbral de la eternidad” de excesivo didactismo, o de repetir continuamente datos para que el lector no se pierda. Pero se agradece que todo resulte claro, a pesar de las numerosas subtramas, hasta el punto de que no es necesario tener reciente la lectura de los dos tomos anteriores para disfrutar de la lectura. Además, el maestro del best-seller no ha perdido con los años su habilidad para componer uno de esos libros peligrosos, que roban horas de sueño al lector, deseoso de saber cómo prosigue el argumento.

Consigue una menor intensidad que la segunda entrega de la saga, posiblemente la mejor, pero El umbral de la eternidad es sin duda un digno colofón a una trilogía recomendable a todo tipo de público –especialmente a los devoradores de novela histórica–. Nos recuerda que el mundo cambia muy rápidamente, y que nos hemos salvado de milagro de la III Guerra Mundial.
 

Crítica de "El invierno del mundo", de Ken Follet



Con "La caída de los gigantes", Ken Follett iniciaba la ambiciosa trilogía "The Century", con la que pretende contar los hechos más significativos del siglo XX, de principio a fin. La obra inicial se centraba en la Gran Guerra, desde los años inmediatamente anteriores. Seguía los pasos de cinco familias de otros tantos países: los Peskov, de Rusia, los galeses Williams, los nobles británicos Fitzherbert, los austriacos Von Ulrich y los estadounidenses Dewar.

Era un libro autoconclusivo, que cerraba muy bien las diferentes subtramas. Ahora, Ken Follett entrega la segunda parte, "El invierno del mundo", que narra con todo lujo de detalles los años de la consolidación en el poder de Adolf HItler, la II Guerra Mundial y sus consecuencias.

"El invierno del mundo" ha sido editada por Plaza & Janés, en edición a todo lujo, de 958 páginas.

Sinopsis de "El invierno del mundo", aquéllos complicadísimos años
Está protagonizada por los vástagos de los personajes de los cinco clanes. La seria y responsable Carla, hija de Walter von Ulrich y Maud Fitzherbert, es testigo del progresivo recorte de las libertades llevado a cabo por Hitler y de la violencia de los camisas pardas. Se ve obligada a auxiliar a Ada, la criada, en un complicado parto, mientras que su hermano, Erik, menos maduro, se alista en las juventudes nazis a pesar del disgusto que le ocasiona a sus progresistas padres.

El británico Lloyd, hijo de Ethel, la que fuera doncella y posteriormente compañera ideológica de Maud, asiste al reencuentro de ambas en Berlín, acompañando en un viaje a su madre. Contempla el incendio del Reischtag –el parlamento alemán–, del que los nazis culparon a los comunistas, y también cómo los violentos boicotean un mitin socialdemócrata.

En Estados Unidos, Daisy, joven hija del emigrante ruso Lev Peshkov, que ha acogido a una compañera de estudios judía, intenta conquistar a un joven de buena familia, aunque teme el rechazo social porque su padre se enriqueció contrabandeando con alcohol durante la prohibición. Woody Dewar, hijo del senador Gus Dewar y de Rosa, tratará de convencer a su influyente abuela de que admita en un importante club social a la madre de Daisy, para darle legitimidad, al tiempo que por amor se involucra cada vez más en causas políticas. El galés Billy está preocupado por la situación en España.

Crítica de "El invierno del mundo", aún mejor que la primera entrega
Aunque Ken Folllet dejó un buen sabor de boca entre los incondicionales de la literatura masiva con el libro anterior, y corría el peligro de naufragar con otra entrega igual de extensa, lo cierto es que se supera a sí mismo. Que la acción se desarrolle en uno de los momentos históricos más trágicos que haya vivido la humanidad da pie al veterano novelista a aprovechar para incluir sus típicos giros continuos, que sin duda engancharán a cualquier tipo de lector que inicie la lectura.

A lo largo de más de mil páginas, el autor consigue una conexión tan enorme con los personajes que el lector sufre con ellos en los convulsos años que retrata el volumen. Es más, resultan todos mucho más creíbles y de carne y hueso que los más conocidos del autor, los protagonistas de "Los pilares de la Tierra", cuyo principal defecto era que parecían contemporáneos, y se comportaban de forma muy distinta a cómo lo haría alguien de su época.
Esta vez, se trata de hombres y mujeres de la generación de los padres del autor, que demuestra conocerles a la perfección. Por otro lado, su fidelidad a los hechos está por lo general cuidada, teniendo en cuenta que se adentra en numerosos sucesos, incluida la Guerra Civil en España.

Lo mejor: Alemania, Estados Unidos y España
Conviene 'quitarse el sombrero' ante la estructura de Follett, perfectamente engarzada como un mecanismo de relojería, a pesar de que se trata de la segunda entrega de una trilogía extensa, con múltiples personajes. Consigue que todo se desarrolle con fluidez y que se entrecrucen sus acciones de forma natural y creíble. Parece casi cuestión de magia que el lector no se pierda entre sus páginas. Es cierto que los detractores de best-sellers en general se quejarán de las típicas repeticiones para que nadie pierda el hilo, pero sin embargo, no es necesario siquiera tener fresca la lectura del primer volumen para sumergirse en el segundo. Desde luego, en su terreno Follett es el número uno.

Al ser una obra tan extensa y coral, lógicamente se puede decir que tiene momentos más logrados, especialmente las trágicas peripecias de Carla en la Alemania totalitarista, los sucesos en los que se ve involucrado el estadounidense Woody, y el devenir del galés Billy. Pero en general, el ritmo no parece decaer nunca y las sorpresas son constantes.

Hasta quienes se nutran únicamente de la literatura considerada de primera clase, reconocerán los méritos de este volumen. ¿Seguirá el listón tan alto en el libro final?

Crítica de "La caída de los gigantes", de Ken Follet



Precedida de una de las campañas publicitarias más intensas que se recuerdan en el ámbito literario, ha salido a la venta "La caída de los gigantes", la esperadísima novela de Ken Follet que ha escrito después de "Un mundo sin fin", la continuación de "Los pilares de la Tierra", su trabajo más conocido. Sus numerosos seguidores se frotan las manos, pero también se preguntan si el escritor estará a la altura.

El libro se ha puesto a la venta simultáneamente en todo el mundo, en versión impresa y digital en una operación intensa sin precedentes. Y para apoyar el lanzamiento, el propio Ken Follet visitó diversos países, entre ellos España. "El libro está ambientado en el siglo XX", explica el autor. "Recoge la historia de mis abuelos y de los vuestros, de nuestros padres y de nuestras propias vidas. De alguna forma es la historia de todos nosotros", comenta Follet.

Un proyecto ambicioso
Sin duda se trata del proyecto más ambicioso en la ya extensa carrera del autor. "La caída de los gigantes" comienza durante la gestación de la I Guerra Mundial, y cuenta cómo transcurre este conflicto. La trilogía Century se completará con dos libros más. El segundo tratará sobre la II Guerra Mundial y el último se sitúa en los años de la Guerra Fría. "Narra en esencia el siglo XX y permite contemplar en primera persona una de las épocas más convulsas, violentas y determinantes de nuestra historia", explica el prólogo del libro.

Sigue los pasos de tres generaciones (una por libro) de cinco familias, una inglesa, una galesa, una rusa, una alemana y otra estadounidense. El primer volumen empieza con un listado de los personajes, divididos por países y el espectador se pregunta, ¿no me perderé? Pues no, la habilidad del autor se nota a la hora de dotar a los personajes de rasgos característicos para que ni siquiera sea necesario consultar el listado. Además, entrelaza sus destinos de forma modélica, así que no está nunca forzada la transición entre uno y otro personaje.

Sinopsis de "La caída de los gigantes"
Esta dramática obra comienza contando el primer día de trabajo de Billy Wiliams, minero galés, hijo de un líder sindicalista. Su hermana, Ethel se convierte en el ama de llaves de la mansión del adinerado conde Fitzherbert, con quien mantendrá un idilio a espaldas de su mujer. La hermana de Fitzherbert, Lady Maud, se convierte en activista en favor del voto de las mujeres, y se casa en secreto con su amado Walter von Ulrich, un diplomático alemán.

Mientras, en Rusia, Grigori Peshkov, un obrero metalúrgico, sueña con emigrar a Estados Unidos con su hermano Lev, al que cuida desde que este era pequeño y se quedaron huérfanos. Acusado de asesinato, Lev tiene que irse precipitadamente de Rusia y con dificultades logra llegar a Estados Unidos, donde se convierte en conductor del coche de un hombre de negocios, Josef Vyalov, y se enamora de la hija de este, Olga, prometida de Gus Dewar, joven asesor del presidente Wilson.

Virtudes y defectos. ¿Me lo leo o no?
Quienes detesten la obra de Ken Follet encontrarán en este libro todos los defectos que se le han señalado a lo largo de su trayectoria. Sus personajes son tópicos y muchas veces se comportan como si vivieran en la actualidad, y no en la época en la que se supone que están (y eso que esta vez no son medievales). Además, se explican cosas obvias, y se repiten datos para que nadie se pierda, y abusa de los giros de folletín bastante evidentes.

Sin embargo, nadie puede negar que Follet es un maestro a la hora de enganchar al espectador desde la página 1. Quienes cojan el libro con ganas, y los seguidores incondicionales del autor, lo devorarán hasta la página final y eso que tiene 1.018 en la edición española. Nunca aburre y acumula momentos memorables, como el encuentro de Walter y Fitzherbert en pleno frente, el giro que da la paliza que recibe Lev por parte de su jefe, el reencuentro de Grigori con la mujer con la que se ha casado, etc. También es bastante loable su didáctica divulgación de los acontecimientos más destacados del siglo XX, muy bien integrados en la trama.

En resumen, si te gustó "Los pilares de la tierra" no lo dudes, este es tu libro, pero si te aburren este tipo de best-sellers, mejor ni lo intentes.