Reseña de "El enigma de la habitación 622", de Joël Dicker


"Como siempre que estaba escribiendo, la única presencia humana que podía tolerar era la de Denise, mi asistente. Denise era el hada buena que velaba por mí. Siempre de buen humor, me organizaba la agenda, seleccionaba y clasificaba la correspondencia de los lectores, y releía y corregía lo que yo había escrito. Llegado el caso, me llenaba la nevera y me reponía las provisiones de café. Y, para terminar, se adjudicaba cometidos de médico de a bordo, presentándose en mi despacho como si subiera a un barco después de una travesía interminable, y me prodigaba consejos de salud".

Han transcurrido dos años desde que Joël Dicker (Suiza, 16 de junio de 1985) publicara "La desaparición de Stephanie Mailer", que convenció a sus lectores pese a no llegar a la altura de los volúmenes anteriores, "Los últimos días de nuestros padres", "La verdad sobre el caso Quebert" y "El libro de los Baltimore". Ahora, publica su quinto trabajo, "El enigma de la habitación 622". 

Pese a las altas expectativas que genera cada nuevo trabajo suyo, todo indica que se trata de un autor humilde, consciente de su juventud, y de que su carrera acaba de comenzar. "No se trata de si he vendido muchos libros o si me han leído muchos sino de saber hasta qué punto domino lo que trato de hacer", ha declarado. "Escribo mejor ahora que en mis primeras novelas, voy adquiriendo oficio, pero sigo pensando que tengo mucho trabajo por delante en el oficio de escritor".

Por una vez "el suizo que resucita las librerías" (según el crítico Jesús Ruiz Mantilla) traslada la acción a su país natal. "Desde hacía mucho tiempo tenía ganas de contar una historia que ocurriera en Ginebra porque nací y vivo aquí, y tenía muchas ganas de compartir mi ciudad con mis lectores, pero no era fácil porque hay cierta diferencia entre el mundo de lo imaginario y la realidad", ha explicado.

Alfaguara publica en España "El enigma de la habitación 622", en edición en tapa blanda, de páginas, que sale a la venta al precio de 21,75€. También está disponible en versión para descargar para Kindle, por 10,44€.


Sinopsis de "El enigma de la habitación 622", la guerra del banco

Tras un desengaño sentimental, y la muerte de su mentor, el escritor Joël Dicker se refugia en el Palace de Verbier, un hotel lujoso de los Alpes Suizos. Ocupará la habitación 621, y será abordado por Scarlett, atractiva huésped y aspirante a novelista de la habitación contigua, la 621 bis. Ésta le propondrá investigar juntos por qué no existe ninguna que tenga el número 622, lo que podría servir para un nuevo libro del novelista.

Años atrás, sí existía dicha estancia, hasta que un camarero descubrió en ella un cadáver, justo después de que se celebrara una reunión de los trabajadores del banco Ebezner, en la que se anunciaba quién iba a ser el nuevo presidente del mismo, un cargo que va a estar bastante reñido. La investigación policial de lo que ocurrió nunca llegará a una conclusión.

Reseña de "El enigma de la habitación 622", un cambio de estilo sorprendente

Romperá el saque de los lectores habituales de este autor porque (una vez más) cambia de registro, demostrando que precisamente ahí reside su valía: Joël Dicker no está condenado a repetir el mismo libro una y otra vez como otros escritores de éxito. Homenaje a Bernard de Fallois, su editor, recientemente fallecido, explica en el libro porqué está en deuda con él y le consideraba un hombre muy valioso. Da lugar a los pasajes más emotivos y sinceros del volumen.

Se trata de una novela muy ágil, y original, en torno a un triángulo amoroso, que combina la comedia, a veces cercana al surrealismo, con buenas dosis de intriga, pues hasta el último tramo no sólo se ignora quién es el asesino, sino también la identidad del fallecido. El resultado resulta más o menos sorprendente, pero hila muy bien todos los cabos. De nuevo Dicker aprovecha su capacidad para desarrollar una historia en varios tiempos, en este caso en tres: la investigación que el propio autor y su nueva asistente desarrollan en la actualidad (escrita en primera persona), el momento del asesinato, y lo ocurrido unos años antes durante la juventud de los protagonistas. Pese a que esto podría generar cierta confusión, Dicker se las apaña para que el lector nunca se pierda. 

Las sorpresas y giros de "El enigma de la habitación 622" mantienen enganchados al lector. Además, medita sobre la importancia relativa del triunfo empresarial, cuando el ser humano necesita sobre todo sentirse apreciado y querido. No cabe duda de que revalidará el éxito de los anteriores escritos del suizo.

Sus personajes están próximos a la caricatura, aunque describe con mayor minuciosidad al inteligente y romántico Lev Levovitch, hijo de un actor que tendrá la oportunidad de triunfar en el mundo de los negocios pese a que estaba destinado a quedarse trabajando en el hotel, y el enigmático y demoníaco Lev Levovitch, también conocido como Sinior Targonol. Quedan un poco más desdibujados el heredero de la presidencia del banco y espía, Macaire Ebezner (pese a ser el protagonista), y Anastasia, la mujer que se debate entre el amor de ambos. El mismo Joël Dicker se mete como personaje, pero no aclara mucho sobre su personalidad, y apenas tiene interés su relación con Scarlett, su compañera.




Reseña de "Desgarros", de Greta Solís

Si siento sed de ayer, 
que tus versos hagan
del barquito, en mi gin-tonic,
on the rock, helándome de nuevo y
anestesiándome de manzanilla en sobrecitos
mi alma de café expreso".

Greta Solís lleva tiempo difundiendo sus versos a través de las redes sociales, donde corría el riesgo de pasar desapercibida como grano de arena en el desierto, por la numerosa competencia, casi siempre de poco interés. Pese a todo, la madrileña llama la atención de quienes han probado el amargo sabor de sus palabras como ese whisky añejo para sibaritas de fuerte sabor que al principio nos cuesta tragar, pero que sin embargo nos conquista y volvemos a probar hasta que aprendemos a apreciar. 

Muchas de sus piezas conectan con los miedos ocultos del lector, y para colmo de males tienen la terrible característica de quedarse a vivir en algún lugar recóndito de la mente del mismo. En no pocas ocasiones éste se sorprenderá recordando las impresiones que le han causado algunas de sus líneas, horas después de su lectura. En resumen, duele pero deja bastante espacio para la esperanza.

Ahora, la escritora debuta con su primer poemario, destinado a llamar la atención cual oasis en un terreno yermo. Terra Ignota Ediciones publica en España "Desgarros", que sale a la venta en edición en tapa blanda de 96 páginas.

Reseña de "Desgarros", carne de la autora...

Quien conozca algunos de los trabajos de la poetisa tendrá la impresión de que en este primer recopilatorio se ha esforzado por seleccionar el material más suave (dentro de lo que cabe), menos críptico más asequible y el que utiliza el lenguaje más habitual. 
Quizás se trate de una elección sabia, pues si logra que un público significativo empatice, ya tendrá tiempo de asustarles con sus líneas más intensas, cuando ya habrán sucumbido a su hechizo. "Amor, me has dejado vencida. / Con tus pocas letras y tus muchas ganas. / Con tu poesía a mansalva / con tu sangrar a gusto / y tu gustar de mi sangre" (de "Amor"). De cualquier forma la selección merece un diez; recurriendo a la gracieta fácil: "Desgarros" no tiene fisuras.
Pese a todo, cabe advertir de que no se trata de literatura fácil, requiere de un esfuerzo para que se produzca el milagro del entendimiento. "Siempre igual / yo tan pretérito imperfecto / y tú avasallándome / con futuros pluscuamperfectos / de impecable factura" (así lo advierte "La mala comunicación", para quien escribe estas líneas el mejor de los poemas y una auténtica genialidad, con la que se ganará hasta a los más reacios a volverse adictos). Tampoco ha debido resultar sencillo para la compositora elaborar los versos, ya que en no pocas ocasiones se abre en canal. "Ahí donde la ven, cocinaba / su propia carne en calderos / de bronce bruñido / y la removía con el mimo y / ternura propia de un amante", explica en "La bruja", toda una declaración de intenciones que resume a la perfección lo que ofrece el volumen.


...pero cocinada con mimo (por suerte)

Maestra tejedora de prendas oscuras, parece tratar a las palabras con mimo, pues éstas se pliegan a los deseos de Greta Solís, como niños obedientes que nunca rechistan. De hecho, tiende a utilizar alguna vez la musicalidad de las nanas infantiles. Otras veces recurre a imágenes cálidas con las que el receptor se siente a salvo ("Porque has gateado tantas alfombras / gata descarriada", escribe en "La gata"). Luego, una vez que su víctima está tranquilo, le asalta con algún pensamiento inquietante, que le deja fuera de combate a traición.

Resulta llamativa la variedad temática, con la que logra no volverse nunca repetitiva. Sobre todo reflexiona sobre las heridas del pasado, pero también sobre la melancolía, que "duerme sola entre pétalos secos", la codicia ("No me engañas, arpía...") o el acoso machista ("Sigue mujer, tapada, destapada. / El lobo te acecha igual").  Recuerda el inexorable paso del tiempo en "Historia de una cama", cuyo catre protagonista se ha vuelto demasiado flojo para provocar deseo, pero poco después de conmovernos, Greta Solis nos hace sonreír; demuestra un sutil sentido del humor, ya que éste ha pasado a segundo plano en favor de un mueble nuevo "de diseño. Prefabricado. Vivo. Vivo. / De nombre escandinavo, altisonante, fuerte". Sí, aunque parezca mentira al igual que otra Greta, Garbo, también ríe.

En conclusión vino viejo en odres nuevos. Asuntos universales de todos los tiempos, tratados con frescura.

Ah, advertimos. Se trata de poesía intensa, para consumir en pequeñas dosis, y saborearla después mucho tiempo, que se quede el regusto en el paladar.

En caso de interés, se puede comprar pinchando en el enlace:

Reseña de "La madre de Frankenstein", de Almudena Grandes

"Nunca antes había tenido un episodio de ansiedad. Miedo sí, mucho miedo y muchas veces, durante los bombardeos, en el coche que me llevó a Alicante, en el muelle del que nunca acababa de zarpar mi barco, en la celda de una comisaría de Orán, en el puerto de Marsella y después, en un interminable viaje en coche entre Francia y Suiza. Había tenido miedos grandes y pequeños, de mí mismo y de otras personas, miedo a morir, a que me mataran, a perder el control, mucho miedo, pero nunca ansiedad. Hasta el 21 de diciembre de 1953".

Si bien su obra ha tenido interés desde el principio, ha ido mejorando mucho con los años. Almudena Grandes (Madrid, 1960) inició la saga "Episodios de una guerra interminable" con la novela "Inés y la alegría" (2010), seguida de "El lector de Julio Verne" (2012), "Las tres bodas de Manolita" (2014), y "Los pacientes del doctor García" (2017). Por esta última se hizo acreedora con toda justicia del Premio Nacional de Narrativa en 2018. 

Ella misma reconoce que se ha inspirado en "Los Episodios Nacionales", de Benito Pérez Galdós. "Le debo casi todo. Cuando me planteé escribir la serie, utilicé como modelo sus episodios, como hizo también Max Aub en "El laberinto español", ha declarado. "Me gustaba la idea de reivindicar esa tradición porque además asumí la estructura de la serie de  Galdós y su elección esencial de narrar las historias desde abajo, que es lo que diferencia estas novelas de las históricas, protagonizadas siempre por los grandes personajes. Aquí predomina la mirada hacia el pasado del pueblo, de los sin nombre…".

Ahora, la autora publica su nuevo título de la saga, el quinto, tras el importante galardón, donde precisamente aplica de nuevo esta fórmula: recrea históricamente la postguerra mediante las pequeñas historias de personas corrientes.

Tusquets publica "La madre de Frankenstein", en edición de 560 páginas, que sale a la venta al precio de 24,70€. También está disponible en versión digital para descargar para Kindle, por 10,44€.

Sinopsis de "La madre de Frankenstein", el regreso del doctor

Cuando tenía 13 años, Germán Velázquez se quedó fascinado ante la figura de Aurora Rodríguez Carvalleira, parricida atendida por su progenitor, un brillante psiquiatra. Con el paso de los años, siguió los pasos profesionales de éste, pero optó por exiliarse, siguiendo sus recomendaciones, tras el término de la Guerra Civil, así que pasó quince años en Suiza, con la familia del doctor Goldstein, discípulo del padre. En 1954 decide regresar a España, y reencontrarse con su madre y su hermana, tras conseguir una oferta para trabajar en el manicomio de mujeres de Cienpozuelos, al sur de Madrid. 

Una vez incorporado a su puesto, descubre que Aurora Rodríguez Carballeira está interna en el centro, y aunque se niega a relacionarse con otras personas, cuenta con los cuidados de María, joven auxiliar a la que la paciente enseñó a leer cuando era una niña, y vivía en el centro con su abuelo, el jardinero. Inspirado por su experiencia en el extranjero, Velázquez pondrá en marcha un avanzado tratamiento que tendrá resultados inesperados, pero también provocará el rechazo de quienes ostentan el poder. 

Reseña de "La madre de Frankenstein", 

La brillante entrega anterior, "Los pacientes del doctor García" dejó las expectativas altas para los incondicionales de la madrileña. Quizás no llega a la misma altura, lo que no impide que Grandes vuelva a componer un libro apasionante, absorbente, técnicamente trabajado, y que mezcla de nuevo con maestría personajes reales, con creaciones de ficción. 

Pese a su megalomanía y sus taras mentales, resulta imposible no quedarse fascinado ante la figura de Aurora Rodríguez Carvalleira, la famosa asesina que ha dado lugar a libros como "Aurora de sangre", de Eduardo de Guzmán, y al film "Mi hija Hildegart", dirigido en 1977 por Fernando Fernán Gómez. Como es sabido, educó a Hildegart para convertirse en una hija modélica, y un estandarte feminista, pero se sintió tan decepcionada cuando le anunció que pretendía independizarse para vivir por su cuenta, que decidió acabar con su vida con cuatro disparos. Se ha reconstruido libremente el final de su vida, pero todo lo que se narra resulta creíble.

También resultan memorables los otros dos protagonistas, éstos inventados, el joven psiquiatra Manuel Velázquez, que le sirve para mostrar los atrasos científicos y la estrechez de mente de la España de la época en comparación con el extranjeros. Por último la auxiliar María simboliza la falta de perspectivas y de libertad de las mujeres de época. Los tres (Aurora, María y sobre todo Germán) se alternan como narradores.

Por las páginas de "La madre de Frankenstein" también aparecen otros personajes auténticos, como los psiquiatras Antonio Vallejo Nájera y Juan José López Ibor. Y entre los secundarios desfilan algunas creaciones ya conocidas de las entregas anteriores, como Pepe el Portugués y Pastora, que aparecían en "El lector de Julio Verne", o Rita, la amiga de la protagonista de "Las tres bodas de Manolita".

Reseña de "Una sirena en París", de Mathias Malzieu

"Aquel 3 de junio de 2016, en París llovía a pleno sol. En la torre Eiffel crecían arcoíris, y el viento peinaba sus crines de unicornio. El repiqueteo de la lluvia marcaba el ritmo de la metamorfosis del río. Los embarcaderos se convertían en playas de asfalto. El agua subía, subía y seguía subiendo. Como si alguien hubiera olvidado cerrar el grifo del Sena".

La superestrella francesa Mathias Malzieu (Montpellier, 1974), cantante del grupo de rock Dionysos, debutó como escritor en 2002, con "38 Mini Westerns con fantasmas", una recopilación de cuentos. Se consagró en 2007, con "La mecánica del amor", que tuvo una adaptación animada, "Jack y la mecánica del corazón". Posteriormente ha publicado otras tres novelas, "Metamorfosis en el cielo", "El beso más pequeño" y "Diario de un vampiro en pijama". 

Ha tardado cuatro años en sacar su siguiente trabajo, "Una sirena en París", inspirado en la crecida que sufrió el Sena en 2016. "Cuando esto ocurrió, descubrí anécdotas muy poéticas y misteriosas". Mientras escribía él libro, también se encargaba de dirigir él mismo la adaptación al cine, con Nicolas Duvauchelle y Tchéky Karyo en los papeles principales, que se estrena en Francia el 11 de marzo (pronto tendrá distribuidora española), y de la que también ha compuesto la banda sonora.

"Es una metáfora sobre alguien que tiene que volver a ser lo que era antes de haber sufrido un duelo", comenta el autor.

Reservoir Books publica en España "Una sirena en París" en edición en tapa blanda, de 240 páginas, que sale a la venta al precio de 17,00€. También está disponible en versión para descargar para Kindle, por 8,54€.



Reseña de "Una sirena en París", un hallazgo inesperado

Las aguas del Sena han subido tan espectacularmente que amenazan con inundar París. Mientras se rumorea que han desaparecido personas, Gaspard Snow continúa empeñado en mantener abierto el Flowerburger, barcaza que alberga actuaciones en directo, abierta por su abuela, Sylvia, ya fallecida. Acaba discutiendo con su progenitor, partidario de vender la embarcación y pasar página. 

Enfadado porque considera a éste un traidor, al regresar a casa escucha bajo un puente un extraño canto que le pone tras la pista de una criatura malherida con cuerpo de mujer y cola de pescado, todo indica que se trata de una sirena, como la de las leyendas. Decide llevársela a su domicilio para intentar curarla, sin saber que todos los hombres que la escuchan cantar mueren en menos de tres días.

Sinopsis de "Una sirena en París",  atmósfera mágica

Toda una sorpresa, pues Mathias Malzieu demuestra que ha adquirido oficio y madurez en los últimos años, hasta el punto de que componer un libro, que supera su obra anterior, reuniendo los mismos elementos –romanticismo, realismo mágico–, que conforman su reconocible universo personal. Supone una apología de los soñadores, y los nostálgicos, que apuesta por mantener siempre el entusiasmo, y la ilusión para no sucumbir a los sinsabores de la vida, y reflexiona sobre la importancia de aprender a perdonar.

Compone con mimo una atmósfera mágica gracias a unas descripciones evocadoras en las que abundan las alusiones musicales. También incluye muchas referencias cinéfilas; se cita, como no podía ser de otra manera, "La sirenita", adaptación de la factoría Walt Disney del cuento de Hans Christian Andersen, pero resulta inevitable pensar también en otros títulos como la cómica "Un, dos, tres... Splash", o la dramática "La forma del agua". A través de un estilo muy personal, cercano a la prosa lírica, consigue conmover con la historia de dos almas análogas que se encuentran sin caer en el sentimentalismo fácil, y añade muchos golpes de humor, y algunos pasajes llenos de tensión muy conseguidos.

El autor ha compuesto a sus personajes más memorables, sobre todo en el caso de Gaspard, un chico extravagante, e idealista, que va en patines a todas partes, y Lula, la sirena que ha sufrido tanto que apuesta por defenderse de forma preventiva, para evitar que la hagan daño, pero poco a poco se da cuenta de que existen personas que merecen la pena. También perdurarán en el recuerdo del lector algunos secundarios, en especial Milena, una doctora del hospital resentida que quiere vengarse de Lula porque la considera responsable de la muerte de su amado, también médico, y la entrometida vecina Rossy, que se llama así porque en la versión cinematográfica estará interpretada por la española Rossy de Palma, ya que el autor se considera apasionado del cine del español Pedro Almodóvar, que la ha dirigido varias veces.

El libro deja al lector con las ganas de pasar por el cine cuando llegue a las carteleras la cinta.


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