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Reseña de "Desgarros", de Greta Solís

Si siento sed de ayer, 
que tus versos hagan
del barquito, en mi gin-tonic,
on the rock, helándome de nuevo y
anestesiándome de manzanilla en sobrecitos
mi alma de café expreso".

Greta Solís lleva tiempo difundiendo sus versos a través de las redes sociales, donde corría el riesgo de pasar desapercibida como grano de arena en el desierto, por la numerosa competencia, casi siempre de poco interés. Pese a todo, la madrileña llama la atención de quienes han probado el amargo sabor de sus palabras como ese whisky añejo para sibaritas de fuerte sabor que al principio nos cuesta tragar, pero que sin embargo nos conquista y volvemos a probar hasta que aprendemos a apreciar. 

Muchas de sus piezas conectan con los miedos ocultos del lector, y para colmo de males tienen la terrible característica de quedarse a vivir en algún lugar recóndito de la mente del mismo. En no pocas ocasiones éste se sorprenderá recordando las impresiones que le han causado algunas de sus líneas, horas después de su lectura. En resumen, duele pero deja bastante espacio para la esperanza.

Ahora, la escritora debuta con su primer poemario, destinado a llamar la atención cual oasis en un terreno yermo. Terra Ignota Ediciones publica en España "Desgarros", que sale a la venta en edición en tapa blanda de 96 páginas.

Reseña de "Desgarros", carne de la autora...

Quien conozca algunos de los trabajos de la poetisa tendrá la impresión de que en este primer recopilatorio se ha esforzado por seleccionar el material más suave (dentro de lo que cabe), menos críptico más asequible y el que utiliza el lenguaje más habitual. 
Quizás se trate de una elección sabia, pues si logra que un público significativo empatice, ya tendrá tiempo de asustarles con sus líneas más intensas, cuando ya habrán sucumbido a su hechizo. "Amor, me has dejado vencida. / Con tus pocas letras y tus muchas ganas. / Con tu poesía a mansalva / con tu sangrar a gusto / y tu gustar de mi sangre" (de "Amor"). De cualquier forma la selección merece un diez; recurriendo a la gracieta fácil: "Desgarros" no tiene fisuras.
Pese a todo, cabe advertir de que no se trata de literatura fácil, requiere de un esfuerzo para que se produzca el milagro del entendimiento. "Siempre igual / yo tan pretérito imperfecto / y tú avasallándome / con futuros pluscuamperfectos / de impecable factura" (así lo advierte "La mala comunicación", para quien escribe estas líneas el mejor de los poemas y una auténtica genialidad, con la que se ganará hasta a los más reacios a volverse adictos). Tampoco ha debido resultar sencillo para la compositora elaborar los versos, ya que en no pocas ocasiones se abre en canal. "Ahí donde la ven, cocinaba / su propia carne en calderos / de bronce bruñido / y la removía con el mimo y / ternura propia de un amante", explica en "La bruja", toda una declaración de intenciones que resume a la perfección lo que ofrece el volumen.


...pero cocinada con mimo (por suerte)

Maestra tejedora de prendas oscuras, parece tratar a las palabras con mimo, pues éstas se pliegan a los deseos de Greta Solís, como niños obedientes que nunca rechistan. De hecho, tiende a utilizar alguna vez la musicalidad de las nanas infantiles. Otras veces recurre a imágenes cálidas con las que el receptor se siente a salvo ("Porque has gateado tantas alfombras / gata descarriada", escribe en "La gata"). Luego, una vez que su víctima está tranquilo, le asalta con algún pensamiento inquietante, que le deja fuera de combate a traición.

Resulta llamativa la variedad temática, con la que logra no volverse nunca repetitiva. Sobre todo reflexiona sobre las heridas del pasado, pero también sobre la melancolía, que "duerme sola entre pétalos secos", la codicia ("No me engañas, arpía...") o el acoso machista ("Sigue mujer, tapada, destapada. / El lobo te acecha igual").  Recuerda el inexorable paso del tiempo en "Historia de una cama", cuyo catre protagonista se ha vuelto demasiado flojo para provocar deseo, pero poco después de conmovernos, Greta Solis nos hace sonreír; demuestra un sutil sentido del humor, ya que éste ha pasado a segundo plano en favor de un mueble nuevo "de diseño. Prefabricado. Vivo. Vivo. / De nombre escandinavo, altisonante, fuerte". Sí, aunque parezca mentira al igual que otra Greta, Garbo, también ríe.

En conclusión vino viejo en odres nuevos. Asuntos universales de todos los tiempos, tratados con frescura.

Ah, advertimos. Se trata de poesía intensa, para consumir en pequeñas dosis, y saborearla después mucho tiempo, que se quede el regusto en el paladar.

En caso de interés, se puede comprar pinchando en el enlace: