Reseña de "La cocinera de Castamar", de Fernando J. Muñez

"No existen los dolores eternos —se decía siempre para insuflarse la esperanza de que todo era pasajero—. Ni las alegrías perpetuas», añadía después. Quizá, de tanto repetirse esa frase, había ido perdiendo su sentido y solo manifestaba la desazón que la vida le había provocado en los últimos años. Se veía como una muñeca de trapo con las hebras deshilvanadas, abocada a remendar su espíritu cada día. Pese a esto, se había recompuesto gracias al coraje que le nacía de la necesidad y a su carácter contestatario, con el fin de endurecerse y salir adelante. «Nadie podrá decir que fui cobarde», se repetía ahora Clara".

Quizás no se pueda considerar un género todavía la literatura gastronómica, pero ya Miguel de Cervantes definía al ingenioso hidalgo Alonso Quijano por lo que comía en "Don Quijote de la Mancha". "Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda". Y James Joyce hacía lo propio con el protagonista de "Ulises": "El señor Leopold Bloom comía con deleite los órganos interiores de bestias y aves".

Además, han triunfado libros que incluyen recetas, por ejemplo "Como agua para chocolate", de Laura Esquivel, y "Afrodita", de Isabel Allende, y títulos donde la comida tenía una gran importancia, como "El festín de Babette", de Isak Dinesen, "El cocinero del dux", de Elle Newmark, "Gran Soufflé2, de Lola Piera o "El último chef chino", de Nicole Mosses, etc.

Se apunta a este tipo de novelas Fernando J. Muñez con su primer trabajo literario.

Planeta publica La cocinera de Castamar, en edición en tapa dura, de 768 páginas, que sale a la venta al precio de 20,80€. También está disponible en edición digital para descargar para Kindle, por 12,34€.

Sinopsis de "La cocinera de Castamar", un don excepcional

1720, tras la Guerra de Sucesión, entre los Habsburgo y los Borbones. Tras perder a su padre, que ha muerto en el frente de batalla, la joven Clara Belmonte sufre agorafobia, miedo a los espacios abiertos. Por los problemas económicos que sufre su familia debe trabajar, así que ocultando su trastorno entra a trabajar como cocinera en la mansión de don Diego de Castamar, duque que vive aislado tras perder en un accidente a su esposa, a la que sigue llorando. 

Debido a su don natural para convertir cualquier alimento en un guiso extraordinario, Clara confía en hacer carrera en poco tiempo. Sus manjares agradan tanto al duque que éste decide entrar en las cocinas para felicitarla personalmente. Mientras que Diego queda seducido por una mujer tan culta como bella, ésta se sorprende por la amabilidad de su señor. Ambos ignoran que les acecha una terrible amenaza, debido al resquemor que siente hacia Castamar Enrique de Arcona, marqués de Soto.

Reseña de "La cocinera de Castamar", un relato muy clásico

Licenciado en Filosofía, Fernando J. Muñez comenzó como realizador publicitario, y posteriormente debutó como realizador de cine con el thriller "Las nornas", de 2012. Su libro delata que procede de la industria audiovisual, porque sabe crear suspense, de tal forma que engancha bastante al espectador, y por sus cuidadosas descripciones de los lugares, las modas y las costumbres. Parece haberse documentado bastante, pues consigue que el lector se sumerja en la época, y poco más o menos que viva la experiencia de adentrarse en una mansión señorial de entonces.

Pero Muñez se ha esmerado especialmente con los platos de las diferentes clases sociales, hasta el punto de que la lectura produce hambre, ya que consigue en diversos fragmentos expresar a la perfección las sensaciones que cada comida produce en los personajes.  Su estilo, tan clásico como elegante, destila encanto, y su trama, bien entretejida, recuerda en cierta manera a "Las amistades peligrosas", de Choderlos de Laclos, y a otros grandes clásicos, pero no parece caer en lugares comunes, al contrario, destila bastante frescura.

Por las páginas de "La cocinera de Castamar" deambulan numerosos personajes, casi todos ellos lo suficientemente interesantes como para que el lector quiera saber más. Destaca el personaje central, Clara, por sus elementos feministas, ya que se trata de una mujer capaz de arreglárselas por sí misma, pero no por ello parece del siglo XXI, error en el que caen numerosas novelas actuales. Queda muy bien reflejada la opresiva situación de las mujeres en aquellos años. 

En resumen, un nuevo autor, con voz propia, al que habrá que seguir de cerca durante los próximos años.




Reseña de "Hacia la belleza", de David Foenkinos

"El Museo de Orsay, en París, es una antigua estación. El pasado deposita así una huella insólita en el presente. Entre los Manet y los Monet, podemos dejarnos llevar e imaginar los trenes llegando en medio de los cuadros. Ahora los viajes son de otro tipo. Quizás algunos visitantes vieron a Antoine Duris aquel día, inmóvil en la plaza de la entrada. Parece caído del cielo, estupefacto de estar allí. Estupefacción, esa es la palabra que mejor puede caracterizar su sensación en ese instante".

Cada nuevo trabajo del francés David Foenkinos despierta una enorme expectación, sobre todo en el momento actual, pues ha dejado el listón muy alto con sus últimos trabajos, "Charlotte", de 2015, y "La biblioteca de los libros rechazados", de 2017. Sus libros no se han resentido, ni mucho menos, de que haya bifurcado su carrera, dedicando mucho tiempo al cine, en su faceta como guionista ("Lola y sus hermanos", de 2018), y realizador (adaptó él mismo a la pantalla "La delicadeza", su trabajo más conocido).


Alfaguara publica en España "Hacia la belleza", en edición en tapa blanda, de 208 páginas, que sale a la venta al precio de 17,94€. También está disponible en versión para descargar para Kindle, por 9,49€.


Sinopsis de "Hacia la belleza", el retrato de Jeanne Hébutherne


París. Antoine Duris acude al Museo de Orsay, donde ha concertado una cita con Mathilde Mattel, jefa de recursos humanos. Ésta anda necesitada de un nuevo vigilante para las salas de las pinturas, pero se queda boquiabierta con el recién llegado, pues aunque aspira al puesto, se trata de un profesor de la Academia de Bellas Artes, especialista en Modigliani, que incluso tiene cierto prestigio en su campo. Pero ha decidido dejar la docencia, de la noche a la mañana sin motivo aparente, pues aduce que necesita estar sentado entre las pinturas. 


Fascinada, Mattel decide darle una oportunidad, asignándole a la sala de Modigliani, donde a veces le sorprende hablando en voz baja al retrato de Jeanne Hébutherne, la novia del pintor, que tuvo un destino trágico. 



Reseña de "Hacia la belleza", arteterapia como cura… temporal

Como cabe esperar, el autor hace gala de "la delicadeza" que caracteriza a su estilo sensible y lírico. En uno de sus volúmenes más inspirados, David Foenkinos reflexiona sobre el sentimiento de culpa, y realiza una apología de la arteterapia, pues habla del poder curativo de la belleza, que tiene una capacidad de hacer olvidar los problemas del ser humano, si bien la conclusión viene a ser que no los hace desaparecer del todo, sólo sosiega temporalmente al ser humano.


Trata del sentimiento de culpa, con párrafos cuidadosos, tan llenos de sensibilidad, que a veces sólo sugieren los aspectos más duros, cuando habla de temas terribles como la violación. De esta forma, un lector apresurado podría denostar el conjunto por presunta ligereza. Por contra, será muy apreciado por quienes sepan leer entre líneas, y valoren que se les trate con inteligencia. La trama está muy trabajada, con tramos que recuerdan a la literatura de misterio, lo que provoca que no se pueda dejar de leer.


Al igual que en el resto de su bibliografía, el autor dota de enorme humanidad a sus personajes; destilan personalidad propia tanto el enigmático Duris, como la intrigada Mattel, aunque la joven estudiante de arte Camille –que tiene gran importancia en la novela– recuerda a la pintora protagonista de "Charlotte" su volumen anterior, que también transcurría en el mundo del arte. Desde aquél parece haber tomado un punto de inflexión, pues ahora sus palabras parecen más dramáticas, y más trascendentes. 


En resumen, una lectura que merece mucho la pena, de lo mejor que se ha publicado recientemente.





Reseña de "Carvalho, problemas de identidad", de Carlos Zanon

"La exescritora que aún no sabe que es ex ya se marcha. 
Se bambolea —cofre de madre astur y maneras de padre mexicano— al ritmo que ella misma marca en las teclas del móvil en el pasillo de acceso a los ascensores. Un «Estoy llegando» escrito con pericia sobre la pantalla del iPhone a su marido, un santanderino adicto al Frenadol en sobres y al Babelia de antes de que fuera de antes, prohombre de la edición dura en tapa blanda".

Aunque tengan un estilo literario muy distinto, Carlos Zanon tiene puntos en común con Manuel Vázquez Montalbán, fallecido en 2003. Ambos nacieron en Barcelona, y despuntaron en el campo de la poesía, y de la novela. Por tanto, no resulta sorprendente que los herederos del segundo hayan designado al primero como sucesor para seguir desarrollando la serie protagonizada por el detective Pepe Carvalho, a sugerencia del ya también desaparecido Paco Camarasa, librero conocido por un establecimiento especializado en literatura negra.

La maniobra resulta bastante habitual en el campo de la novela negra, pues por ejemplo Robert B. Parker se hizo cargo de Philip Marlowe, el mayor icono del género, a la muerte del gran Raymond Chandler, completando la obra inacabada de éste "Poodle Springs", y desarrollando un título nuevo, "Perchance to Dream". Más recientemente, el sueco Stieg Larsson ha sido reemplazado por David Lagercrantz para continuar la saga de "Millennium".

Planeta publica en España "Carvalho, problemas de identidad" en edición en tapa dura con sobrecubierta, de 350 páginas, que sale a la venta al precio de 19€. También está disponible en versión para descargar para Kindle, por 12,34€.

Sinopsis de "Carvalho, problemas de identidad", muertes y desapariciones

En Madrid Pepe Carvalho recibe una paliza de manos de unos matones, contratados para que deje de ver a su amante, una mujer casada con un importante político. De vuelta en Barcelona, acude a visitarle la madre de una joven desaparecida, deseosa de encontrar alguna pista. El asunto parece estar relacionado con la muerte de varias prostitutas en Montjuit.

También tratará de ayudar a Marina, antigua compañera universitaria, que acude a el para que ayude a Ámelia, una amiga suya que al llegar a casa se ha encontrado con los cadáveres de su abuela y de su hermana pequeña, brutalmente asesinadas.


Crítica de "Carvalho, problemas de identidad", una novela brillante

¿Estamos ante una mera jugada de marketing? Puede ser, pero al menos ha dado como resultado un libro de interés, que al fin y al cabo es lo que interesa.

Desde el inicio queda claro que Carlos Zanón (autor de la excelente "Yo fui Johnny Thunders") tiene una enorme personalidad, no se ha escogido para este trabajo a un escritor insulso, a un mero imitador de Vázquez Montalbán. Quizás esto irrite a algunos puristas de la saga, pero sin duda ha sido la mejor elección, porque al final ha quedado un libro de calidad, que se gana al público casi desde el arranque, con fragmentos bastante inspirados: "Ya empieza a dolerme el cuerpo y elijo que suene Aznavour. Soy consciente de que Aznavour no es una buena elección, porque suele encontrarse examantes a la vuelta de cualquier esquina y les pregunta si han sido felices los últimos veinte años". Sus arranques líricos compensan la falta de originalidad de la trama policíaca, e incluye valiosos homenajes metaliterarios al creador del personaje, que aparece citado como El Escritor.

Si las novelas originales se distinguían por reflejar a la perfección el momento en el que fueron escritas, ésta describe la Barcelona en tiempos del procés, los alquileres turísticos ilegales y Netflix. Aunque Zanon ha mantenido la esencia tanto del protagonista, y su brutal sentido del humor, ahora se ha convertido en un personaje desencantado, con los problemas de identidad a los que alude el título. Esta vez se ha optado por narrar la acción en primera persona, a diferencia de lo que ocurría en las entregas originales, lo que supone un interesante experimento, y permite que el autor se escape de comparaciones (odiosas) con la anterior voz que contaba las peripecias del personaje.

En cuanto a los secundarios, describe a Biscuter como un tipo bastante diferente al descrito por Vázquez Montalbán, pero que finge ser exactamente igual al personaje de ficción, por lo que incluso utiliza el apodo del personaje de los libros. Se presenta al programa televisivo Masterchef, lo que da pie a varios pasajes memorables. No reaparece Charo, la novia prostituta, que ahora forma parte del pasado, todo apunta a que resultaría polémica en la era del #MeToo. Por contra, el autor ha creado a una nueva secretaria, Estefanía Briongos, una mujer inteligente pero algo descarada, en realidad familiar de Ana Briongos, vista en "Los mares del sur".

Por ponerle algún 'pero', la trama madrileña, con continuos viajes del personaje para ver a la que llama su Novia Zombie, no acaban de encajar con el resto de los relatos. Parecen pasajes más propios del universo de Zanon que del de Vázquez Montalbán. Aún así resultan lo suficientemente brillantes como para no interrumpir el ritmo del libro.

Por desgracia, Zanón afirma que sólo le han reclutado para una única entrega, y que seguir la serie perjudicaría su carrera literaria o le encasillaría. Una pena, pues el lector se queda con ganas de más. Recomendado para todos aquellos que quieran disfrutar de buena Literatura, especialmente a los incondicionales del personaje central, pues las continuas referencias les harán bastante felices.




Reseña de "Flores sobre el infierno", de Ilaria Tuti

"Las leyendas, sin embargo, solo son adecuadas para los niños y los ancianos melancólicos, para corazones demasiado tiernos. Agnes Braun lo sabía bien: la Escuela llevaba siendo su casa demasiado tiempo para dejarse impresionar con un gorgoteo nocturno. Conocía el crujido de cada tablón, de cada cañería oxidada que corría por los intersticios de las paredes, aunque la mayor parte de las plantas permanecían ahora cerradas y las puertas de las habitaciones, atrancadas con listones de madera y clavos".

No le ha podido ir mejor en su debut a la italiana Ilaria Tutti, pues ha vendido cien mil copias en su país, pero también ha arrasado en otros países europeos. Se le compara con autores consagrados como Joel Dicker, o Luca D'Andrea. Si bien todavía es pronto para adivinar si tendrá una trayectoria tan redonda como la de los citados, lo cierto es que su ópera prima ha puesto de acuerdo a críticos y lectores.

Alfaguara publica en España "Flores sobre el infierno", en edición en tapa blanda con solapa, de 352 páginas, que sale a la venta al precio de 19,90€. También está disponible en edición para descargar para Kindle, por 9,99€.

Sinopsis de "Flores sobre el infierno", la comisaria Battaglia



El cadáver de un hombre desnudo aparece entre la nieve, en el bosque junto a Travenî, una tranquila aldea del norte de Italia, junto a los Alpes. Tiene el rostro destrozado y los ojos arrancados. Se desplaza al lugar para investigar el caso la comisaria Teresa Battaglia, que intuye que puede ser el primero de una serie de asesinatos, por el ritual seguido por el autor del crimen. 

Se une a su equipo Massimo Marini, un novato inspector desplazado desde la capital, aunque la relación con Battaglia no empieza con buen pie.

Mucho antes, en 1978, diversas enfermeras cuidan a bebés en La escuela, una institución situada en Austria, cerca de la frontera con Italia.


Reseña de "Flores sobre el infierno", de Ilaria Tuti, tensión con ritmo sosegado

Como otros tantos escritores, utiliza el género negro como excusa para retratar el comportamiento humano, en concreto de los huraños habitantes de un lugar gélido, de carácter condicionado por el clima, que forman una comunidad hermética. Pero Ilaria Tuti sorprende por un estilo fresco, inusual en un género sobreexplotado. 



Llaman la atención en primer lugar sus descripciones de estilo pictórico, que se toman su tiempo, sobre todo a la hora de ambientar las escenas que transcurren en plena naturaleza. Aquí no se busca un ritmo frenético, sino que la historia está cocinada a fuego lento, lo que se agradece. 

Pero también resultan convincentes sus personajes. Acierta sobre todo en la creación de la protagonista, Teresa Battaglia, comisaria muy distinta a las típicas heroínas de la literatura negra. No estamos ante la típica treintañera, sino que se trata de una sexagenaria, con problemas de salud (pues es diábética) y de soledad, y de carácter gruñón, pero de enorme humanidad. Ojalá la aproveche para dar pie a una saga. Sus diálogos resultan muy ingeniosos, por ejemplo cuando discute con Marini. Este último y el resto de secundarios están descritos más superficialmente, pero todo apunta a que se profundizará en algunos de ellos en posteriores entregas.

De estilo directo, se lee con facilidad. Recurre a un narrador omnisciente, que alterna las dos subtramas, dosificando al lector las respuestas a los interrogantes planteados. Los detalles acaban estando bien hilados, y cuenta con un desenlace bastante convincente. Además, reflexiona sobre las relaciones materno-filiales, tema que da pie a algunos de los fragmentos más emotivos del volumen.