Reseña de "El Zorro", de Frederick Forsyth

"El centro de casi todos los pueblos y las ciudades está siempre iluminado, incluso a altas horas de la noche, pero se encontraban en un barrio de las afueras de una provinciana localidad inglesa, donde el alumbrado público se había apagado a la una de la madrugada. Eran las dos, la hora más oscura. Un zorro solitario los observó pasar, pero el instinto le indicaba que no interfiriera con aquellos seres, cazadores como él. Ninguna luz procedente de las casas rasgaba la penumbra".

Se conoce al veterano escritor británico Frederick Forsyth por sus thrillers de espionaje. Ahora, el responsable de "Chacal", "Odessa" y "Los perros de la guerra" regresa al género para retratar el mundo actual, en el que en teoría ha terminado la Guerra Fría.

Plaza & Janés publica en España "El Zorro", en edición de tapa dura con sobrecubierta, de 288 páginas, que sale a la venta al precio de 20,80€. También está disponible en versión para descargar para Kindle, por 12,34€.

Sinopsis de "El Zorro", el joven hacker

Una base de datos de Estados Unidos ha sufrido un ataque informático. Alguien ha logrado romper la seguridad, pero no ha robado nada, y no pretende extorsionar. La investigación señala como culpable a Luke Jennings, adolescente de 16 años que sufre Síndrome de Asperger, y que vive en un suburbio de Londres con sus padres, sin salir apenas del ático donde tiene instalada la computadora. Ha desarrollado una gran habilidad como hacker.

Inglaterra pone al frente del asunto a Adrian Weston, ex jefe de la inteligencia, retirado, de 70 años, al que Margory Graham, la primer ministro, despierta en mitad de la noche. Cuando el gobierno americano pide la extradición de Jennings, Graham se niega a entregarle, pues sus conocimientos pueden ser útiles para entrar en bases de datos de Irán, Corea del Norte y Rusia.

Crítica de "El Zorro", un puente para las nuevas generaciones

Como suele ser habitual, Forsyth describe sin dar nombres a personajes bastante reconocibles de la escena internacional, como a un presidente de Estados Unidos populista, que se dirige a las masas a través de Twitter, a un cruel líder coreano "gordo, feo, que insiste en un corte de cabello estrambótico", y un mandatario ruso con aspecto de "ex matón de la policía secreta de ojos fríos". Paradójicamente, parece acusar de preocupante falta de carisma a la mujer que encabeza el gobierno de su país –la tal Margory Graham remite lógicamente a Theresa May–.

La obra realiza un extenso repaso de la actualidad de las potencias mundiales y apunta hacia dónde puede ir el futuro. Sobre todo advierte de que hoy en día el poder de Rusia se está acrecentando en todo el mundo, ya no existe el bloque soviético, pero el dinero del país ha comprado gran parte de Londres. 

Al igual que otras obras anteriores del autor, aporta numerosa información, con un estilo descarnado, pero muy didáctico, que bebe de la crónica periodística. Por ejemplo, explica las medidas de seguridad tomadas tras el ataque a las Torres Gemelas en 2001, el envenenamiento del espía ruso Sergei Skripal, o la historia de Edward Snowden. De ritmo bastante ágil, a veces el autor resulta premeditadamente frío, pero siempre consigue una enorme tensión. 

No ha podido encontrar a dos protagonistas más apasionantes, totalmente opuestos, el veterano representante del viejo orden mundial, y el joven 'crack' que domina las nuevas tecnologías, personaje que podría dar juego en nuevas novelas. Reflexiona sobre el peligro de las nuevas tecnologías, abogando por la utilización de los métodos tradicionales para poder solucionar los problemas. A sus 80 años, el veterano autor viene a tender un puente entre los hombres de su tiempo y los millennials. De esta forma, consigue un libro con el que empatizarán quienes le han seguido siempre, pero también los nuevos lectores. Quizás por momentos hace falta seguir la lectura tomando notas de los numerosos nombres, pero esto no empaña una experiencia de lectura bastante grata.

Reseña de "La cocinera de Castamar", de Fernando J. Muñez

"No existen los dolores eternos —se decía siempre para insuflarse la esperanza de que todo era pasajero—. Ni las alegrías perpetuas», añadía después. Quizá, de tanto repetirse esa frase, había ido perdiendo su sentido y solo manifestaba la desazón que la vida le había provocado en los últimos años. Se veía como una muñeca de trapo con las hebras deshilvanadas, abocada a remendar su espíritu cada día. Pese a esto, se había recompuesto gracias al coraje que le nacía de la necesidad y a su carácter contestatario, con el fin de endurecerse y salir adelante. «Nadie podrá decir que fui cobarde», se repetía ahora Clara".

Quizás no se pueda considerar un género todavía la literatura gastronómica, pero ya Miguel de Cervantes definía al ingenioso hidalgo Alonso Quijano por lo que comía en "Don Quijote de la Mancha". "Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda". Y James Joyce hacía lo propio con el protagonista de "Ulises": "El señor Leopold Bloom comía con deleite los órganos interiores de bestias y aves".

Además, han triunfado libros que incluyen recetas, por ejemplo "Como agua para chocolate", de Laura Esquivel, y "Afrodita", de Isabel Allende, y títulos donde la comida tenía una gran importancia, como "El festín de Babette", de Isak Dinesen, "El cocinero del dux", de Elle Newmark, "Gran Soufflé2, de Lola Piera o "El último chef chino", de Nicole Mosses, etc.

Se apunta a este tipo de novelas Fernando J. Muñez con su primer trabajo literario.

Planeta publica La cocinera de Castamar, en edición en tapa dura, de 768 páginas, que sale a la venta al precio de 20,80€. También está disponible en edición digital para descargar para Kindle, por 12,34€.

Sinopsis de "La cocinera de Castamar", un don excepcional

1720, tras la Guerra de Sucesión, entre los Habsburgo y los Borbones. Tras perder a su padre, que ha muerto en el frente de batalla, la joven Clara Belmonte sufre agorafobia, miedo a los espacios abiertos. Por los problemas económicos que sufre su familia debe trabajar, así que ocultando su trastorno entra a trabajar como cocinera en la mansión de don Diego de Castamar, duque que vive aislado tras perder en un accidente a su esposa, a la que sigue llorando. 

Debido a su don natural para convertir cualquier alimento en un guiso extraordinario, Clara confía en hacer carrera en poco tiempo. Sus manjares agradan tanto al duque que éste decide entrar en las cocinas para felicitarla personalmente. Mientras que Diego queda seducido por una mujer tan culta como bella, ésta se sorprende por la amabilidad de su señor. Ambos ignoran que les acecha una terrible amenaza, debido al resquemor que siente hacia Castamar Enrique de Arcona, marqués de Soto.

Reseña de "La cocinera de Castamar", un relato muy clásico

Licenciado en Filosofía, Fernando J. Muñez comenzó como realizador publicitario, y posteriormente debutó como realizador de cine con el thriller "Las nornas", de 2012. Su libro delata que procede de la industria audiovisual, porque sabe crear suspense, de tal forma que engancha bastante al espectador, y por sus cuidadosas descripciones de los lugares, las modas y las costumbres. Parece haberse documentado bastante, pues consigue que el lector se sumerja en la época, y poco más o menos que viva la experiencia de adentrarse en una mansión señorial de entonces.

Pero Muñez se ha esmerado especialmente con los platos de las diferentes clases sociales, hasta el punto de que la lectura produce hambre, ya que consigue en diversos fragmentos expresar a la perfección las sensaciones que cada comida produce en los personajes.  Su estilo, tan clásico como elegante, destila encanto, y su trama, bien entretejida, recuerda en cierta manera a "Las amistades peligrosas", de Choderlos de Laclos, y a otros grandes clásicos, pero no parece caer en lugares comunes, al contrario, destila bastante frescura.

Por las páginas de "La cocinera de Castamar" deambulan numerosos personajes, casi todos ellos lo suficientemente interesantes como para que el lector quiera saber más. Destaca el personaje central, Clara, por sus elementos feministas, ya que se trata de una mujer capaz de arreglárselas por sí misma, pero no por ello parece del siglo XXI, error en el que caen numerosas novelas actuales. Queda muy bien reflejada la opresiva situación de las mujeres en aquellos años. 

En resumen, un nuevo autor, con voz propia, al que habrá que seguir de cerca durante los próximos años.




Reseña de "Hacia la belleza", de David Foenkinos

"El Museo de Orsay, en París, es una antigua estación. El pasado deposita así una huella insólita en el presente. Entre los Manet y los Monet, podemos dejarnos llevar e imaginar los trenes llegando en medio de los cuadros. Ahora los viajes son de otro tipo. Quizás algunos visitantes vieron a Antoine Duris aquel día, inmóvil en la plaza de la entrada. Parece caído del cielo, estupefacto de estar allí. Estupefacción, esa es la palabra que mejor puede caracterizar su sensación en ese instante".

Cada nuevo trabajo del francés David Foenkinos despierta una enorme expectación, sobre todo en el momento actual, pues ha dejado el listón muy alto con sus últimos trabajos, "Charlotte", de 2015, y "La biblioteca de los libros rechazados", de 2017. Sus libros no se han resentido, ni mucho menos, de que haya bifurcado su carrera, dedicando mucho tiempo al cine, en su faceta como guionista ("Lola y sus hermanos", de 2018), y realizador (adaptó él mismo a la pantalla "La delicadeza", su trabajo más conocido).


Alfaguara publica en España "Hacia la belleza", en edición en tapa blanda, de 208 páginas, que sale a la venta al precio de 17,94€. También está disponible en versión para descargar para Kindle, por 9,49€.


Sinopsis de "Hacia la belleza", el retrato de Jeanne Hébutherne


París. Antoine Duris acude al Museo de Orsay, donde ha concertado una cita con Mathilde Mattel, jefa de recursos humanos. Ésta anda necesitada de un nuevo vigilante para las salas de las pinturas, pero se queda boquiabierta con el recién llegado, pues aunque aspira al puesto, se trata de un profesor de la Academia de Bellas Artes, especialista en Modigliani, que incluso tiene cierto prestigio en su campo. Pero ha decidido dejar la docencia, de la noche a la mañana sin motivo aparente, pues aduce que necesita estar sentado entre las pinturas. 


Fascinada, Mattel decide darle una oportunidad, asignándole a la sala de Modigliani, donde a veces le sorprende hablando en voz baja al retrato de Jeanne Hébutherne, la novia del pintor, que tuvo un destino trágico. 



Reseña de "Hacia la belleza", arteterapia como cura… temporal

Como cabe esperar, el autor hace gala de "la delicadeza" que caracteriza a su estilo sensible y lírico. En uno de sus volúmenes más inspirados, David Foenkinos reflexiona sobre el sentimiento de culpa, y realiza una apología de la arteterapia, pues habla del poder curativo de la belleza, que tiene una capacidad de hacer olvidar los problemas del ser humano, si bien la conclusión viene a ser que no los hace desaparecer del todo, sólo sosiega temporalmente al ser humano.


Trata del sentimiento de culpa, con párrafos cuidadosos, tan llenos de sensibilidad, que a veces sólo sugieren los aspectos más duros, cuando habla de temas terribles como la violación. De esta forma, un lector apresurado podría denostar el conjunto por presunta ligereza. Por contra, será muy apreciado por quienes sepan leer entre líneas, y valoren que se les trate con inteligencia. La trama está muy trabajada, con tramos que recuerdan a la literatura de misterio, lo que provoca que no se pueda dejar de leer.


Al igual que en el resto de su bibliografía, el autor dota de enorme humanidad a sus personajes; destilan personalidad propia tanto el enigmático Duris, como la intrigada Mattel, aunque la joven estudiante de arte Camille –que tiene gran importancia en la novela– recuerda a la pintora protagonista de "Charlotte" su volumen anterior, que también transcurría en el mundo del arte. Desde aquél parece haber tomado un punto de inflexión, pues ahora sus palabras parecen más dramáticas, y más trascendentes. 


En resumen, una lectura que merece mucho la pena, de lo mejor que se ha publicado recientemente.





Reseña de "Carvalho, problemas de identidad", de Carlos Zanon

"La exescritora que aún no sabe que es ex ya se marcha. 
Se bambolea —cofre de madre astur y maneras de padre mexicano— al ritmo que ella misma marca en las teclas del móvil en el pasillo de acceso a los ascensores. Un «Estoy llegando» escrito con pericia sobre la pantalla del iPhone a su marido, un santanderino adicto al Frenadol en sobres y al Babelia de antes de que fuera de antes, prohombre de la edición dura en tapa blanda".

Aunque tengan un estilo literario muy distinto, Carlos Zanon tiene puntos en común con Manuel Vázquez Montalbán, fallecido en 2003. Ambos nacieron en Barcelona, y despuntaron en el campo de la poesía, y de la novela. Por tanto, no resulta sorprendente que los herederos del segundo hayan designado al primero como sucesor para seguir desarrollando la serie protagonizada por el detective Pepe Carvalho, a sugerencia del ya también desaparecido Paco Camarasa, librero conocido por un establecimiento especializado en literatura negra.

La maniobra resulta bastante habitual en el campo de la novela negra, pues por ejemplo Robert B. Parker se hizo cargo de Philip Marlowe, el mayor icono del género, a la muerte del gran Raymond Chandler, completando la obra inacabada de éste "Poodle Springs", y desarrollando un título nuevo, "Perchance to Dream". Más recientemente, el sueco Stieg Larsson ha sido reemplazado por David Lagercrantz para continuar la saga de "Millennium".

Planeta publica en España "Carvalho, problemas de identidad" en edición en tapa dura con sobrecubierta, de 350 páginas, que sale a la venta al precio de 19€. También está disponible en versión para descargar para Kindle, por 12,34€.

Sinopsis de "Carvalho, problemas de identidad", muertes y desapariciones

En Madrid Pepe Carvalho recibe una paliza de manos de unos matones, contratados para que deje de ver a su amante, una mujer casada con un importante político. De vuelta en Barcelona, acude a visitarle la madre de una joven desaparecida, deseosa de encontrar alguna pista. El asunto parece estar relacionado con la muerte de varias prostitutas en Montjuit.

También tratará de ayudar a Marina, antigua compañera universitaria, que acude a el para que ayude a Ámelia, una amiga suya que al llegar a casa se ha encontrado con los cadáveres de su abuela y de su hermana pequeña, brutalmente asesinadas.


Crítica de "Carvalho, problemas de identidad", una novela brillante

¿Estamos ante una mera jugada de marketing? Puede ser, pero al menos ha dado como resultado un libro de interés, que al fin y al cabo es lo que interesa.

Desde el inicio queda claro que Carlos Zanón (autor de la excelente "Yo fui Johnny Thunders") tiene una enorme personalidad, no se ha escogido para este trabajo a un escritor insulso, a un mero imitador de Vázquez Montalbán. Quizás esto irrite a algunos puristas de la saga, pero sin duda ha sido la mejor elección, porque al final ha quedado un libro de calidad, que se gana al público casi desde el arranque, con fragmentos bastante inspirados: "Ya empieza a dolerme el cuerpo y elijo que suene Aznavour. Soy consciente de que Aznavour no es una buena elección, porque suele encontrarse examantes a la vuelta de cualquier esquina y les pregunta si han sido felices los últimos veinte años". Sus arranques líricos compensan la falta de originalidad de la trama policíaca, e incluye valiosos homenajes metaliterarios al creador del personaje, que aparece citado como El Escritor.

Si las novelas originales se distinguían por reflejar a la perfección el momento en el que fueron escritas, ésta describe la Barcelona en tiempos del procés, los alquileres turísticos ilegales y Netflix. Aunque Zanon ha mantenido la esencia tanto del protagonista, y su brutal sentido del humor, ahora se ha convertido en un personaje desencantado, con los problemas de identidad a los que alude el título. Esta vez se ha optado por narrar la acción en primera persona, a diferencia de lo que ocurría en las entregas originales, lo que supone un interesante experimento, y permite que el autor se escape de comparaciones (odiosas) con la anterior voz que contaba las peripecias del personaje.

En cuanto a los secundarios, describe a Biscuter como un tipo bastante diferente al descrito por Vázquez Montalbán, pero que finge ser exactamente igual al personaje de ficción, por lo que incluso utiliza el apodo del personaje de los libros. Se presenta al programa televisivo Masterchef, lo que da pie a varios pasajes memorables. No reaparece Charo, la novia prostituta, que ahora forma parte del pasado, todo apunta a que resultaría polémica en la era del #MeToo. Por contra, el autor ha creado a una nueva secretaria, Estefanía Briongos, una mujer inteligente pero algo descarada, en realidad familiar de Ana Briongos, vista en "Los mares del sur".

Por ponerle algún 'pero', la trama madrileña, con continuos viajes del personaje para ver a la que llama su Novia Zombie, no acaban de encajar con el resto de los relatos. Parecen pasajes más propios del universo de Zanon que del de Vázquez Montalbán. Aún así resultan lo suficientemente brillantes como para no interrumpir el ritmo del libro.

Por desgracia, Zanón afirma que sólo le han reclutado para una única entrega, y que seguir la serie perjudicaría su carrera literaria o le encasillaría. Una pena, pues el lector se queda con ganas de más. Recomendado para todos aquellos que quieran disfrutar de buena Literatura, especialmente a los incondicionales del personaje central, pues las continuas referencias les harán bastante felices.