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Reseña de "La muerte del comendador (Libro 1)", de Haruki Murakami

"Desde el mes de mayo de aquel año hasta principios del año siguiente viví en una casa en lo alto de una montaña junto a un estrecho valle, en el que durante el verano llovía sin parar a pesar de que un poco más allá estuviera despejado. Esto se debía a que desde el mar, que se hallaba bastante próximo, soplaba una brisa del sudoeste cargada de humedad que entraba en el valle, ascendía por las laderas de las montañas y terminaba por precipitarse en forma de lluvia".

Se ha hecho de rogar la nueva novela de Haruki Murakami, que se publicó en Japón en 2017, cuatro años después de "Los años de peregrinación del chico sin color", aunque en ese tiempo haya entregado el recopilatorio de relatos "Hombres sin mujeres" (2014), y en España se haya publicado el ensayo "De qué hablo cuando hablo de escribir". Parece que el tiempo de espera está justificado, pues el eterno aspirante al Premio Nobel entrega la primera parte de un díptico bastante ambicioso.

La única noticia (un poco) mala: que habrá que esperar a enero para leer el Libro II (y último).

Tusquets Editores publica en España "La muerte del comendador (Libro 1) en edición en tapa blanda de 480 páginas, que sale a la venta al precio de 20,80€. También está disponible en versión para descargar para Kindle, por 12,34€.

Sinopsis de "La muerte del comendador (Libro 1)", el retratista aislado

Tras lograr un desahogado nivel económico trabajando como retratista, un pintor recibe una inesperada confesión por parte de su esposa: mantiene una relación extraconyugal y ha decidido poner fin a su matrimonio. Desorientado, conduce durante unos días su viejo coche sin destino, durmiendo en campings. Acaba en el norte de Japón, donde se instala en la casa aislada en medio del bosque de un maestro en el arte tradicional nipón, padre de un amigo, que guarda una colección de discos de ópera.

Allí trata de reiniciar una nueva vida, abandonando los retratos. Da clases de pintura y mantiene relaciones sexuales con dos de sus alumnas. Al final, acepta pintar a un vecino, que parece bastante solvente, por una disparatada cantidad de dinero. Por las noches, escucha una extraña melodía que parece proceder de un templo sintoísta oculto en las inmediaciones.

Un día, descubre en el desván un cuadro envuelto titulado "La muerte del comendador". Abrirlo tendrá consecuencias inesperadas.

Reseña de "La muerte del comendador (Libro 1)", descifrando la realidad

Hasta ahora, las obras del escritor se distinguían porque prácticamente parecían escritas por un occidental de la generación 'beat'; abundan las referencias al jazz, al pop británico y hasta al cine francés, y la mayor parte de escenas de sus obras podrían funcionar si se cambian las localizaciones y los nombres de los personajes en cualquier país europeo o Estados Unidos (ha descrito muchos barrios de Tokio como si fueran de Nueva York). En su país había sido muy criticado por eso. Aquí se ha producido un cambio radical, pues parece abrazar las tradiciones milenarias de su cultura, y les saca bastante partido.

Eso no quiere decir que abandone sus homenajes a la cultura occidental, pues la obra rinde tributo a "El gran Gatsby", de F. Scott Fitzgerald, y añade referencias a autores tan dispares como Raymond Chandler y George Orwell. El conjunto acaba convirtiéndose en una sentida reivindicación de la pintura y la música, a través de un relato surrealista, como es propio del autor, donde los elementos mágicos aparecen con una enorme naturalidad.

Escrito con prosa ágil, en primera persona, como suele ser habitual en Haruki Murakami, "La muerte del comendador (Libro 1)" recupera temas habituales de su obra, como la dificultad para descifrar la realidad, el romanticismo contrapuesto a las relaciones basadas en el sexo, el peso de la tradición, el poder de trascendencia y del arte, y las búsquedas complejas. Pero añade otros nuevos, como la paternidad, signo de una madurez que va a merecer la pena seguir. Sus personajes en la mayor parte de los casos están descritos con pocos rasgos (empezando por el protagonista), pero resultan tremendamente efectivos, pues se empatiza con ellos.

Resulta un poco injusto reseñar este volumen, sin haber leído la segunda entrega, pues todo indica que se tratará de un conjunto que cobrará sentido sólo en su totalidad. Sin embargo, se termina la lectura del primero deseando conocer la conclusión, lo que siempre es una buena señal.

   

Reseña de "Hombres sin mujeres", de Haruki Murakami

Quienes se hayan desanimado ante los últimos títulos de Haruki Murakami deberían echarle un vistazo a su nuevo trabajo. 

El reconocido escritor recopila siete cuentos con la misma temática en común, la ausencia femenina, en "Hombres sin mujeres".

Todos los textos, de unas 30 ó 40 páginas, aparecieron a partir de diciembre de 2013 con carácter mensual en la revista "Bungei shunjū". El 'beatnik' japonés ya había demostrado que se le da muy bien el cuento, en las recopilaciones "Después del terremoto", "El elefante desaparece" y "Sauce ciego, mujer dormida".

Crítica de "Hombres sin mujeres", recopilación con altibajos, pero de gran interés

Se da por hecho que sumergirse en el universo de este autor supone aceptar un romanticismo radical, en el que sólo existe un único amor verdadero, y la vida prácticamente carece de sentido si éste se pierde. Así las cosas, los "Hombres sin mujeres" que protagonizan el libro son seres desesperanzados sin posibilidad de realzar el vuelo.

Aunque contiene algunos relatos mejores que otros, lo que resulta inevitable en este tipo de libros, lo cierto es que Haruki Murakami está a un nivel muy superior al de sus últimos trabajos, logrando enganchar desde el primer momento. Al menos, hace olvidar la noticia que circuló recientemente por los medios de comunicación, según la cual inexplicablemente iba a abrir un consultorio sentimental online.

Comienza con fuerza con "Yesterday", sobre la amistad entre un universitario y su compañero de trabajo en el café donde se gana un dinerillo. Se queda en un texto ligero, sin muchas sorpresas, pero vuelve a tratar la desorientación adolescente vista en su trabajo más conocido, "Tokio Blues. Norwegian Wood", que también tomaba el título de un tema musical de The Beatles.

También se llama como una canción del grupo de Liverpool "Drive My Car" sobre Kafuku, veterano actor que entabla conversaciones regularmente con la joven chófer que le traslada al teatro en el que actúa. Logra enorme dramatismo con sus conversaciones sobre el dolor que sufre el personaje masculino por la muerte de su mujer, que le ha sido infiel en cuatro ocasiones. En realidad habla de la imposibilidad de entender por completo a la persona amada, un tema ya tratado anteriormente por el escritor.

Por su parte, "Un órgano independiente" gira en torno al periplo de un cirujano que mantiene relaciones sexuales con muchas mujeres, pero huye del compromiso. Hasta que da con una amante un tanto especial que trastocará su existencia. Engancha al lector por sus reflexiones sobre la soledad, pero acaba resultando demasiado revisible.

Los mejores cuentos de "Hombres sin mujeres"

En el regreso a la ficción de Haruki Murakami se llevan la palma dos de las narraciones, "Sherezade" y "Kino", absolutamente redondas. En la primera, se cuentan las peripecias de un individuo que queda fascinado por los relatos de la mujer que cuida su casa, también su amante. Habla de la capacidad de asombrar a través de los relatos, y consigue que el lector se enganche a lo que cuenta el personaje femenino.

El citado "Kino" va en la línea de "Al sur de la frontera, al oeste del sol", interesante novela del nipón. Tiene como personaje central a un individuo que para olvidar la infidelidad de su esposa decide abrir un bar

En cuanto a "Samsa enamorado", comienza con garra, por su tributo a la obra de Franz Kafka,  como sugiere el título. Recupera al protagonista de "La metamorfosis", Gregor Samsa, en el momento en el que recibe una inesperada visita. Acaba resultando poco redondo.

Cierra el libro "Hombres sin mujeres", sobre un hombre que recibe por teléfono la dura noticia de que su esposa se ha suicidado. Tampoco es gran cosa, pues reincide en la misma temática de los relatos precedenes. Eso sí, capta la atención.

En resumen, un libro que merece una nota alta en su conjunto, con el que Haruki Murakami recupera la forma.

Tusquets publica en España "Hombres sin mujeres", en edición en tapa blanda, de 272 páginas, que sale a la venta al precio de 18,05€. También está disponible en edición electrónica por 11,39€.


 

Crítica de "Los años de peregrinación de un chico sin color", de Haruki Murakami


Tres años después de la extensa (y para muchos aburridísima "1Q84"), el japonés Haruki Murakami regresa a la novela con "Los años de peregrinación del chico sin color". Se trata de uno de los lanzamientos más esperados de los últimos años, pues curiosamente, el japonés ha ido ganando en lectores, al tiempo que mantiene su prestigio para la crítica.
Tusquets ha editado en España "Los años de peregrinación de un chico sin color", en edición en tapa blanda, de 320 páginas, al precio de 19,95 euros.
Sinopsis de "Los años de peregrinación de un chico sin color" 
Tsukuru, treintañero dedicado a la ingeniería, que conserva estaciones de trenes, arrastra el trauma de haber roto con sus cuatro amigos de toda la vida cuando dejó Nagoya, su localidad natal, para irse a estudiar a Tokio.

Solo en la vida, estuvo a punto de suicidarse hasta que encontró el amor, gracias a Sara, su amante, que le convence de que recupere a sus amigos.

Tres años  después 
Sorprende que tras la delirante y esperpéntica obra anterior, ahora Murakami haya dado un giro radical, pues compone una obra completamente realista, sin un mínimo elemento de carácter fantástico o siquiera onírico. Por este motivo, el 'beatnik' resulta bastante irreconocible para sus seguidores incondicionales a nivel formal.

Sin embargo, en cuanto al contenido, "Los años de peregrinación de un chico sin color" sigue siendo muy de Murakami, puesto que recupera algunas de sus constantes temáticas, como la soledad, las tendencias suicidas, la capacidad de motivación vital del amor, la música, y el valor de la amistad.

Crítica de "Los años de peregrinación de un chico sin color", una novela de poco calado 
Superior a lo que el autor de estas líneas esperaba, tras aburrirse profundamente con 1Q84, lo cierto es que el planteamiento daba más de sí, y el resultado final acaba siendo un tanto tibio. Técnicamente muy correcta, le falta capacidad de emocionar.
Aquellos que tras la sorprendente y redonda "Tokio Blues. Norwegian Wood" se hayan ido desencantando progresivamente de las obras del japonés, no quedarán demasiado convencidos. Los incondicionales de su obra la seguirán con pasión pero posiblemente llegarán a la conclusión de que se trata de una obra muy menor.