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Crítica de "La gran desmemoria", de Pilar Urbano

La valenciana Pilar Urbano, de amplia trayectoria periodística, colabora actualmente en El Mundo. En sus libros ya había abordado la figura del rey Juan Carlos I, en concreto en "Con la venia, yo indagué el 23-F", "La Reina", "La Reina muy de cerca" y "El precio del trono", mientras que en "Yo entré en el CESID" revelaba la operación que pusieron en marcha los servicios secretos para robarle a Bárbara Rey un vídeo en el que la vedette aparecía con el monarca, supuestamente su amante.
Pero ninguno de esos títulos ha sido ni de lejos tan polémico como "La gran desmemoria", pues nada más salir a la venta la Casa Real difundió un comunicado –tan matizado como acorde con la realidad del tomo– en el que califica las conversaciones citadas en el libro como "pura ficción imposible de creer", y niega cualquier participación de Juan Carlos I en la Operación Armada.
Además, un grupo de personalidades vinculadas a Suárez, entre las que destacan Rodolfo Martín Villa, ex ministro de Gobernación, y Adolfo Suárez Illana, hijo del ex presidente, también firmaron otro escrito público lleno de duras palabras. "O la persona que ha escrito el libro ha perdido definitivamente el oremus, escribiendo una novela-ficción más que un libro de rigurosa investigación histórica, o es utilizada con inexplicables fines. Y desde luego manifestamos nuestra más absoluta repugnancia al anuncio y aparición de este libro en el momento en España lloraba y llora, en plenas exequias fúnebres, la muerte de Adolfo Suárez". Semejantes reacciones no han hecho más que contribuir a la popularidad del volumen.
"La gran desmemoria" ha sido editado por Planeta en tapa dura con sobrecubierta. Consta de 864 páginas y sale a la venta al precio de 25,90€.
Sinopsis de "La gran desmemoria", retrato intenso de la Transición
Haciendo gala de su estilo habitual, Pilar Urbano noveliza los hechos de la Transición, centrándose en los manejos de los despachos, utilizando diálogos inventados, pero fieles a lo que supuestamente ocurrió. Comienza relatando los acontecimientos que dieron lugar a la dimisión de Carlos Arias Navarro a principios de julio de 1976, después de que éste se mostrara poco permeable a los cambios políticos.
Posteriormente, el libro recrea la conspiración de Juan Carlos I con su hombre de confianza, Torcuato Fernández Miranda, presidente de las Cortes, para que el primero pueda elegir a Adolfo Suárez como presidente del Gobierno, la estrecha relación de éste con el monarca, los cambios políticos, la salida del gobierno de Suárez, el golpe del 23-F, y las consecuencias del mismo.
Crítica de "La gran desmemoria", una visión diferente de la Transición
Curiosamente, los columnistas de prensa, tertulianos y comentaristas –muchos de los cuáles claramente no lo han leído– han magnificado, tergiversado o incluso inventado lo que supuestamente tiene de novedoso y polémico "La gran desmemoria". Se ha llegado a decir que presenta una visión tenebrosa del rey, como aliado de los golpistas, y que éste conocía de antemano el 23-F. De esta forma, podría incluso resultar decepcionante para el público ávido de productos más sensacionalistas.
En realidad no afirma nada parecido. Es más, a lo largo del libro presenta a Don Juan Carlos como el motor de la Transición política, ofreciendo una versión bastante heroíca, y describiéndole como un hombre que tenía claro a dónde quería llegar, si bien priorizaba sobre todo sus propios intereses. Sí que se dice que estaba al tanto de la operación urdida por el general Alfonso Armada, hasta que se desvinculó del plan, cuando aún no se había decidido que Antonio Tejero entrara en el Congreso, extremo que se deja bien claro que iba en contra de las intenciones del jefe del estado.
Entre las numerosas aportaciones, destaca todo lo relativo a la enigmática dimisión de Adolfo Suárez, cuyos motivos nunca han estado claros. Según el libro, el presidente decide renunciar a su cargo después de mantener con el monarca una conversación en la que éste, por un lapsus sugiere que se está preparando una moción de censura en su contra. En ese momento se está negociando con parte de UCD y el PSOE de Felipe González para eliminar al fundador de UCD, siguiendo las reglas de la Constitución. Tras una discusión con el rey, decide él mismo marcharse (posteriormente ambos se reconciliaron).
Siempre según el libro, que ofrece una visión tan plausible como compleja de demostar, tras el 23-F, Suárez trató de revocar su dimisión, pero el rey no se lo permitió. También se desvelan presiones de este último para que en el juicio por la intentona golpista se juzgara a la menor cantidad de militares posibles.
El libro está lleno de datos sobre la Transición ya conocidos, pero poco divulgados. Está escrito con gran dinamismo, y resulta asequible para lectores de todo tipo, incluso los no habituados a los libros de historia. De hecho, se lee con bastante rapidez, a pesar de su considerable extensión.

Crítica de "Puedo prometer y prometo", de Fernando Ónega


Por su indiscutible importancia en la historia reciente de España la figura de Adolfo Suárez ha sido bastante tratada en diversos libros, entre los que destacan las obras de Manuel Campo Vidal, Abel Hernández, Carmen Laviña, Gregorio Morán. También tiene gran interés el libro "Anatomía de un instante", de Javier Cercas, centrado en el 23-F, aunque acababa siendo un acercamiento al primer presidente de la democracia española, desde un autor que se consideraba a su izquierda y que trata de entender por qué la generación de sus padres venera a este personaje. 
Sin embargo, flota en el aire la sensación de que el político abulense da mucho más de sí, que aún se debe reivindicar más su actividad pública, y de que parece que se está esperando a que le llegue la muerte para rendirle los honores que sin duda merece.
Así las cosas, se recibe con agrado la publicación de "Puedo prometer y prometo. Mis años con Adolfo Suárez", escrito por el periodista Fernando Ónega. El volumen ha sido editado por Plaza & Janés, en edición en tapa dura, de 330 páginas. Sale a la venta al precio de 19,90 euros.
Crítica de "Puedo prometer y prometo. Mis años con Adolfo Suárez", contado desde el corazón
Estamos ante el libro de un estrecho colaborador de Adolfo Suárez, autor de varios de sus discursos más cruciales, entre ellos aquél en el que usaba la expresión "puedo prometer y prometo". Pero pronto queda de manifiesto que más bien se trata de un amigo. Prima el tono elogioso, amable y hasta entrañable, y el autor confiesa que más que una biografía ha pretendido elaborar "un cariño", lo que supone toda una declaración de principios.
En cualquier caso, el autor no renuncia a la descripción realista de Suárez, y casi por arte de magia logra mantener el equilibrio entre la hagiografía sentimental, y el retrato sincero y veraz de lo ocurrido.
Comienza explicando que Adolfo Suárez pasó una serie de pruebas antes de ser elegido por el Rey para dirigir la Transición. Recuerda numerosas anécdotas valiosas, algunas quizás más conocidas (por ejemplo cuando se topó con una manifestación en Ferrol y logró que se disolvieran no se sabe cómo) y otras menos sabidas o casi inéditas (la periodista Esther Esteban le pregunta cómo consigue mantener el traje planchado y él responde que ha llevado consigo seis). 
También recopila numerosos testimonios sobre el personaje de gran interés, entre ellos los del Rey Juan Carlos I. Acaba con una interesante crónica de los contactos de Adolfo Suárez con la banda terrorista ETA, que se mostró más sangrienta que nunca durante su mandato. Al parecer, sólo lo hizo para garantizar la paz durante el proceso electoral de 1977.
Lealtad al rey
Fernando Ónega hace gala de haber conocido muy a fondo al personaje, pero se muestra bastante franco y no esconde sus puntos débiles y los aspectos más criticados de su carrera. Aprovecha para hacer frente a estas acusaciones con bastante inteligencia. Por ejemplo, recuerda aquellas declaraciones de su sucesor, Leopoldo Calvo-Sotelo, en las que contaba que no había encontrado libros en La Moncloa, rebate la convicción generalizada de que Suárez no leía, y recuerda que en lugar de dedicarse a los libros, ejercía como presidente las 24 horas del día.
Dos son quizás las aportaciones más interesantes de "Puedo prometer y prometo" frente a otras biografías y textos centrados en Adolfo Suárez. En primer lugar, Fernando Ónega explica muy bien su complejo de culpa, tras haber primado durante muchos años su carrera política por encima de su familia, y su dedicación plena a partir de un determinado momento a los suyos. El otro punto clave es que subraya bastante bien su absoluta lealtad al rey, y el hecho de que supeditara todas sus maniobras políticas a los intereses de la Corona.