Crítica de "El impostor", de Javier Cercas

Javier Cercas (Ibahernando, Cáceres, 1962) ha despertado un enorme interés desde sus primeras novelas, "El inquilino" y "El vientre de la ballena". Posteriormente se consagró con sus títulos más conocidos. Se le puede calificar como escritor seguro, pero también lento. 

Sin embargo, en esta ocasión han transcurrido únicamente dos años desde la interesante obra sobre jóvenes marginales "Las leyes de la frontera", cuando sale al mercado "El impostor", su nuevo trabajo.
Literatura Random House publica "El impostor" en edición en tapa dura, de 432 páginas, que sale a la venta al precio de 22,90 €, justo antes de la temporada de Navidad.


Sinopsis de "El impostor", una increíble historia real

Si no hubiera aparecido en su día en las páginas del periódico, uno diría que la historia que narra Javier Cercas en este libro sería una ficción incluso poco verosímil. El autor desarrolla la historia de Enric Marco, maduro anarquista de los años de la Transición, que durante los 90 aseguraba haber sobrevivido a los campos de exterminio nazis.

Así, se convirtió en presidente de la asociación española de supervivientes, y comenzó a dar numerosas conferencias en diferentes puntos, recibió premios, concedió entrevistas, etc. Fue finalmente desenmascarado en 2005, cuando en presencia del presidente José Luis Rodríguez Zapatero estaba a punto de comparecer como representante español en una conmemoración en el campo de Mauthasen. 
Reseña de "El impostor", ficción y realidad
 
El autor que está convencido de que toda novela es autobiográfica y que además debe servir como catarsis, vuelve de nuevo a contar hechos reales brillantemente documentados. Es lo que ocurría en sus dos mejores trabajos para el que escribe estas líneas, "Soldados de Salamina" –cuyo protagonista y narrador, sumido en una crisis vital por varias desgracias personales y el fracaso al tratar de abrirse camino como escritor cobra más importancia que el relato del fallido fusilamiento del falangista Rafael Sánchez Mazas– y "Anatomía de un instante" –que además de contar con pelos y señales el 23-F suponía un acercamiento de los izquierdistas de su generación a las posturas de la de su padre, que había avalado en las urnas al presidente Adolfo Suárez–. En la misma línea, de nuevo combina datos auténticos con vivencias y reflexiones muy personales.

En esta ocasión, Cercas se confiesa agotado de sus trabajos anteriores, y aunque tenía desde hace tiempo la idea de relatar el periplo de Marco, teme que en el proceso se sienta demasiado identificado con el personaje, con el que por cierto se entrevista continuamente, en pasajes que recuerdan a "Niebla", de Miguel de Unamuno.

¿Es Cercas también un impostor, que al fin y al cabo se sirve de lo que cuenta, como el retratado? ¿Lo somos también todos los españoles? Y es que Marco no es el único que ha reinventado su propia historia, sino que durante la Transición se convirtió en una práctica habitual atribuirse un espíritu democrático que antes no existía. Y es que la novela finalmente supone una crítica a la manipulación de la Historia, y a través del caso del protagonista lanza una diatriba contra una determinada forma de construir la memoria colectiva, marcada por los intereses, y el sentimentalismo de medio pelo.
Ejercicio de honestidad asombrosa, aún mayor que la que ya exhibía en sus otros libros, "El impostor" da mucho que pensar. Técnicamente, se debe alabar que está escrito con el habitual estilo periodístico del autor, y que tiene una estructura apasionante que atrapa aunque ya se conozca a grandes rasgos por la prensa la historia de Marco.

1 comentario:

  1. He leído varias novelas de Javier Cercas y ésta no es precisamente la que más me ha gustado.El autor se ha documentado a fondo,sobre el personaje, en varias ocasiones estuvo a punto de no escribirlo,aunque he notado que Javier necesitaba cruzar su particular desierto,se ha desnudado escribiéndolo,no hacía falta.Hay capítulos que de tan repetitivos te da la sensación de haber leído lo mismo en momentos anteriores,le sobran unas 150 páginas y no habría pasado nada malo,al contrario creo que la novela o ensayo? habría salido ganando y no poco.En cuanto a Enric,son tantos los impostores y tantos los mentirosos,que aunque duela saber la verdad,yo me quedo con lo bueno de todo esto y es la proyección que tuvo para la memoria histórica y leer una carta de un joven que tenía ideas suicidas y finalmente recapacitó.

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