Crítica de "Doctor Sueño", la secuela de "El resplandor", de Stephen King

Tras el éxito de "Carrie" y "El misterio de Salem's Lot", Stephen King terminó de consagrarse en 1977 con "El resplandor", que dio lugar  a la impactante película de Stanley Kubrick. 36 años después el escritor de Maine publica "Doctor Sueño", que retoma la historia de Danny Torrance, el niño que sobrevivió a los sucesos acaecidos en el hotel Overlook.

"Doctor Sueño" ha sido editada en España por Plaza & Janes, en edición de 544 páginas al precio de 24,90€.

Sinopsis de "Doctor Sueño", la Nube Verdadera

Después de que su padre se volviera loco y tratara de acabar con su vida, Danny Torrance creció en compañía de su madre, atormentado por las visiones producidas por sus poderes psíquicos. Le presta una valiosa ayuda Dick Halloran, cocinero con las mismas habilidades sobrenaturales que él, que le ofrece valiosos consejos.

Cuando alcanza la cuarentena, y mientras trata de recuperarse de su adicción al alcohol, Danny se instala en una pequeña localidad y consigue trabajo como cuidador en una residencia de ancianos. Pronto, se verá obligado a ayudar a Abra, una niña de 3 meses que se comunica psíquicamente con él, perseguida por la Nube Verdadera, un peligroso grupo de sectarios.

Crítica de "Doctor Sueño", un Stephen King agotado

Lo mejor que se puede decir de "Doctor Sueño" es que Stephen King trata de regresar a sus orígenes, cuando era capaz de inventar imágenes impactantes y sobrecogedoras. En este sentido, "Doctor Sueño" ofrece párrafos sugerentes, como aquel en el que los padres de Abra descubren que toca el piano con el poder de la mente.

Además, la descripción de los problemas con el alcohol del protagonista parece sentida, y sus esfuerzos por superarlos se narran de forma realista, debido a la trágica experiencia vital del autor.

Sin embargo, "Doctor Sueño" adolece de los mismos problemas de la obra de Stephen King durante las últimas dos décadas. Se alarga en demasía, tarda en arrancar, y todos sus elementos parecen excesivamente convencionales, hasta el punto de que el desarrollo resulta excesivamente predecible para quien conozca su bibliografía. La novela no resiste las comparaciones con el original, hasta el punto de que si el niño que describió el entonces joven King tenía un enorme carisma, su sucesora, la niña Abra, apenas despierta el interés del lector.

Además, King insiste a lo largo del libro en resaltar las diferencias entre su libro original y el film de Kurick, del que acabó distanciado. Por ejemplo, rescata a Halloran –que muere en la cinta–, y el alcoholismo que en el texto ya había atormentado al padre de Danny. Pero la gran mayoría del público recuerda más la memorable película que el correcto best-seller, por lo que estos desajustes chocan a casi todos.

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