Reseña de "Stranger Things: Mentes peligrosas", de Gwenda Bond

"El hombre, que conducía un inmaculado automóvil negro por una carretera llana del estado de Indiana, redujo la velocidad al aproximarse a la puerta de una valla metálica con un letrero que rezaba: ZONA RESTRINGIDA. El guardia apostado allí miró un instante a través de la ventanilla, comprobó la matrícula del coche y le indicó por gestos que siguiera adelante".

En 2016 arrancó en Netflix "Stranger Things", una de las series de mayor éxito del momento, ambientada en los 80 en un pueblecito de Indiana, en el que Will, un niño que pertenece a una pequeña pandilla, desaparece misteriosamente. Creada por los hermanos Matt y Ross Duffer ("Wayward Pines"), conquistó al público, entre otras cosas por su mirada nostálgica a la época, y un estilo que recuerda a las películas de Amblin producidas por Steven Spielberg de la época, y a las novelas de Stephen King. Mientras se estrena la tercera temporada, los numerosos incondicionales han recibido con alegría la noticia de la aparición en librerías de la primera novela que transcurre en el universo de esta ficción televisiva. 


Plaza & Janes publica "Stranger Things: Mentes peligrosas", de Gwenda Bond, en edición en tapa blanda, de 384 páginas, que sale a la venta al precio de 17,94€. También está disponible en edición digital para descargar para Kindle, por 8,54€.


Sinopsis de "Stranger Things: Mentes peligrosas", proyecto MKUltra



La trama transcurre durante el verano de 1969, cuando la sociedad estadounidense empieza a rebelarse contra la Guerra de Vietnam. Terry Ives, joven estudiante en Indiana, se presenta como voluntaria para MKUltra, un proyecto científico que lleva a cabo el gobierno en Hawkings, pequeña localidad de aquel estado. Acaba entre los muros de un laboratorio oculto en mitad de un enorme bosque, donde le administran sustancias psicoactivas.

La muchacha acaba sublevándose contra el doctor Martin Brenner, director del centro, que esconde su participación en una siniestra conspiración. Para ello, tratará de lograr la ayuda de sus compañeros del lugar, Gloria, Terry y 008, una niña con poderes extrasensoriales.

Crítica de "Stranger Things: Mentes peligrosas", conociendo valiosos detalles


El libro tiene detrás a Gwenda Bond, especialista en este tipo de best-sellers, bastante prolífica, que no sólo ha triunfado con títulos como "Blackwood", y la saga de monstruos para niños "The Supernormal Sleuthing Service" (creada junto a Christopher Rowe), sino que tiene experiencia en franquicias de este estilo, ya que se responsabilizó de un par de entregas de la serie "Lois Lane", sobre la novia de Superman. Esta autora de pelo verdiazul acierta por su enorme honestidad, pues desde las primeras páginas deja claro que sabe en qué terreno se mueve, y no intenta inventar la pólvora, pero sí crear cierto suspense.


Quienes se dejen llevar de la mano de Bond disfrutarán de un volumen que ha sabido captar bastante bien el tono de intriga sobrenatural de los capítulos de la pequeña pantalla, sin que su relato parezca una mera copia, pues logra cierta frescura. Los apasionados quedarán encantados, ya que aporta datos sobre la protagonista, Terry Yves, madre biológica de Jane Ives (Once), que aparece por primera vez en un recorte de periódico en el capítulo tres, y después en el seis, interpretada por la actriz Aimee Mullins. Por ejemplo, ¿quién es el padre de la niña?

Lo mejor, que explota las referencias nostálgicas, por ejemplo con constantes alusiones a la cultura pop –los comics de "X-Men", etc.– y a temas musicales antiguos (como cabe esperar del título, en el original "Suspicious Mind", una referencia a la canción de Elvis Presley). Escrito al estilo de informes de laboratorio, se aprovecha que la trama se desarrolla en un momento crucial, cuando el hombre llega a la Luna, y los Beatles se separan. Se dan mucha más importancia a los personajes femeninos, hasta el punto de que los masculinos parecen mera comparsa.

En resumen, se trata de un entretenimiento fácil, pero bien resuelto. La joven Terry y el resto de protagonistas, sobre todo la estudiante de biología afroamericana Gloria y la ingeniera Alice, darían bien la talla si se convierten en sujeto de su propio spin-off en televisión.

Reseña de "Sakura", de Matilde Asensi

"Llegué al 14 de la rue Clauzel de París con una desagradable sensación de inseguridad y con muchas ganas de darme la vuelta y de salir corriendo. Aquella historia era demasiado rara para mí. Afortunadamente, me sentí un poco mejor cuando vi que el lugar de la reunión parecía ser una galería de arte, con una vidriera sobre la que podía verse un rótulo amarillo que decía "Pére Tanguy". Toda la fachada era de un apagado color verde irlandés que se confundía fácilmente con azul según cómo le diera la luz del brillante y caluroso sol de aquella mañana de agosto".

Máxima representante del best-seller en España, sin embargo llevaba algún tiempo sin publicar. En concreto, han pasado cuatro años desde "El regreso del Catón", donde Matilde Asensi continuaba la trama de "El último Catón", su título más conocido y de mayor éxito en el extranjero.

A la autora de Albacete se le ocurrió la idea para este nuevo volumen a raíz de la lectura de "Subastador", de Simon de Pury, donde se cuenta que el millonario Ryoei Saito mandó ser incinerado tras su muerte, con el "Retrato del doctor Gachet" que había pintado Van Gogh. "Yo tenía una obsesión por ese pintor", ha comentado en entrevistas. "Me acuerdo de que llevaba la Capilla en Nuenen en las carpetas del colegio. Después, he tenido cuadros suyos de fondo de pantalla".

La esfera de los libros publica "Sakura", en edición en tapa blanda, de 416 páginas que sale a la venta al precio de 19,95€. También está disponible en versión para descargar para Kindle, por 9,99€.


Sinopsis de "Sakura", en busca del cuadro perdido 

Enfadado con el gobierno de su país por los impuestos que le reclamaban por el cuadro, Ryoei Saito anunció en una rueda de prensa que su lienzo de Van Gogh desaparecería con él. Desde que murió en 1996, no se volvió a saber nada de la obra

El excéntrico empresario japonés Ichiro Koga reúne a un grupo heterogéneo de cinco personas para investigar qué ha sido de este lienzo. Se trata de la enfermera Odette, el galerista Hubert, el artista urbano Oliver, la pintora y galerista on line Gabriella y el manitas John, que tendrán que resolver variopintos enigmas.

Reseña de "Sakura", más de lo mismo, pero para bien 

De nuevo, Matilde Asensi entrega una obra similar a las anteriores, que busca sobre todo complacer a sus numerosos incondicionales. De esta forma, tenemos otra vez a un grupo heterogéneo de personajes, que por encargo deben emprender una misión. Ni se conocen entre sí, ni saben muy bien por qué se les ha escogido a ellos, pero de cara a conseguir su objetivo, deberán resolver una serie de enigmas, en esta ocasión, como no puede ser de otra manera, relacionados con la vida de Van Gogh. Repite sobre todo elementos de "El salón de ámbar", uno de sus trabajos más apreciados, aunque nada resulta especialmente novedoso.

Como suele ser habitual, la escritora se excede a la hora de introducir información sobre obras de arte y otros elementos de la trama, lo que resulta bastante agotador, ya que no se trata de un ensayo de divulgación, pero esta vez parece consciente del problema, por lo que ha conseguido incluir los datos con mayor fluidez y naturalidad. Este texto tiene una extensión menor de lo que resulta habitual, por lo que va más al grano. Si bien, se resiente la descripción de sus personajes, quizás más esquemáticos que en otras ocasiones, aunque todos ellos cumplen su función, y resultan más o menos creíbles. Al igual que otras veces, la autora se guarda en la manga un final sorprendente, aunque quizás en esta ocasión los lectores que piensen un poco lo adivinarán sin dificultad.

Pese a todo, el arranque logra enganchar, por lo que la disfrutará el público general, salvo los que tengan prejuicios hacia la literatura que busca dirigirse a una amplia audiencia. Además, encierra un mensaje que advierte de que los grandes autores a los que admiramos no tienen por qué ser ciudadanos modélicos en la vida real. O sea que Van Gogh fue sobre todo un genio, independientemente de su mal carácter.

En suma, una novela que no pretende inventar la pólvora, pero que por otro lado tampoco decepciona, lo que tiene bastante mérito, sobre todo teniendo en cuenta la enorme saturación del mercado.

(En caso de interés por la novela, se puede adquirir pinchando en los enlaces).

Reseña de "Serotonina", de Michel Houellebecq

"Tengo cuarenta y seis años, me llamo Florent-Claude Labrouste y detesto mi nombre de pila, creo que procede de dos miembros de mi familia a los que mi padre y mi madre, cada uno por su lado, querían honrar; y es lamentable porque, por lo demás, no tengo nada que reprochar a mis padres,  fueron excelentes en todos los sentidos, hicieron todo lo posible para darme las armas necesarias en la lucha por la vida, y si al final he fracasado, si mi vida termina en la tristeza y el sufrimiento, no puedo culparles a ellos, sino más bien a una desventurada serie de circunstancias de las que tendré ocasión de hablar (…)”.

Cada libro del escritor más desencantado y amargado de la literatura europea se recibe como si fuera un gran acontecimiento. Más en el caso de "Serotonina", que llega después de la extraordinaria "Sumisión", ganadora del premio Goncourt. El siempre provocador Michelle Houellebecq vuelve a recoger las lamentaciones del hombre europeo de mediana edad en su última novela.

Anagrama publica en España "Serotonina", en edición en tapa blanda, de 288 páginas, que sale a la venta al precio de 18,90€. También está disponible en versión e-book para descargar, para Kindle, por 9,49€.


Sinopsis de "Serotonina", en busca de una nueva vida

Florent-Claude Labrouste, agrónomo, de 46 años que odia su nombre, enganchado al Captorix, antidepresivo de última generación que libera serotonina. Ha descubierto unos vídeos en los que su novia, la japonesa Yuzu participa en orgías, o practica sexo con un perro. Tiene un encuentro catártico en una gasolinera de Almería, en la que ayuda a dos jóvenes españolas a cambiar la presión de las ruedas, lo que le hace llegar a la conclusión de que su vida no tiene sentido, así que decide romper por lo sano.

Tras mandar al garete a Yuzu, y renunciar a su contrato de alto nivel en el Ministerio de Agricultura, se refugia en un hotel y deambula de un lado a otro, buscando hoteles en los que aún le permitan fumar, al tiempo que repasa sus relaciones amorosas pasadas, con Kate, Claire y Camille, que siempre han tenido un final desastroso. Además, se reencontrará con un viejo conocido, ­Aymeric, un aristócrata que ha regresado al campo de su familia a trabajar la tierra

Crítica de "Serotonina", vuelve el gran provocador

Le falta un armazón narrativo que estructure la acción; con la excusa de que el protagonista se retira del mundo, simplemente se suceden las reflexiones, o las narraciones de capítulos de la vida del personaje central, sin orden ni concierto. Esto no quiere decir que el libro carezca de interés, casi cualquier cosa sobre la que despotrique el protagonista da que pensar. En esta ocasión el autor se despacha a gusto sobre la agricultura transgénica, la decadencia de la civilización europea, los peligros de la socialdemocracia, la prostitución y la pederastia. Casi siempre parece que con la excusa de estar defendiendo los puntos de vista de su protagonista, el autor nos cuela su propia forma de pensar, que se distingue sobre todo por un machismo exacerbado, y por su absoluta falta de interés en mantener las reglas de la corrección política.

Michel Houellebecq sigue siendo un autor visionario, pues si en "Plataforma" vaticinó el atentado contra las Torres Gemelas, aquí habla de ganaderos de Normandía que se levantan violentamente contra la supresión de las cuotas de leche dictadas por Bruselas, con diez agricultores y un antidisturbios muerto, en un claro avance de las revueltas de los chalecos amarillos, en plena efervescencia cuando ha salido a la venta el volumen.

Como cabe suponer, la lectura no resulta recomendable para feministas. "La mujer exige el homenaje de las penetraciones vaginales frecuentes y de preferencia cotidianas" o "La felicidad del falo pasa a ser un fin en sí mismo para la mujer" son algunas de sus perlas. E incluso se permite alguna opinión que puede resultar polémica en España, cuando califica al Generalísimo como un precursor del turismo de masas. "Franco era en realidad un auténtico gigante del turismo y es con esta vara con la que acabaría siendo valorado por algunas escuelas de hostelería suizas, y de un modo más general, en el plano económico".

Pero esta vez incluye algún elemento optimista, por ejemplo parece creer en la necesidad de encontrar el amor. También reivindica en cierta manera el idealismo perdido de la juventud. Sin ser de lo mejor del autor, se lee de un tirón, y no dejará a nadie independiente, o sea que en suma aporta mucho más que el 90 por ciento de los libros que se publican.