"El primer recuerdo es la línea de la carretera. Era como una larga serpiente de neón blanco y, joder, si te fijabas, hasta tenía escamas. Los faros del coche la iluminaban y yo la seguía con la mirada, esperando que en algún momento llegaríamos a ver su gran cabeza. Me la imaginaba como una víbora albina de ojos rojos y sonrisa terrorífica. Así que al principio la estuve mirando no sé cuánto. Diez minutos o media hora. No sabría decirlo".
Crítica de "En plena noche", de Mikel Santiago
"El primer recuerdo es la línea de la carretera. Era como una larga serpiente de neón blanco y, joder, si te fijabas, hasta tenía escamas. Los faros del coche la iluminaban y yo la seguía con la mirada, esperando que en algún momento llegaríamos a ver su gran cabeza. Me la imaginaba como una víbora albina de ojos rojos y sonrisa terrorífica. Así que al principio la estuve mirando no sé cuánto. Diez minutos o media hora. No sabría decirlo".
Reseña de "La puerta", de Manel Loureiro
Reseña de "El mentiroso", de Mikel Santiago
"Erin se encontraba a mi lado durante todo ese tiempo. La veía hablándome, cogiéndome de la mano, besándome. Yo intentaba preguntarle algo. «¿Qué ha ocurrido? ¿Volveré a andar?» Pero estaba sedado y no tenía fuerzas para hablar. Me dormía y soñaba con cosas extrañas. Una fiesta en la que sonaba Chet Baker y donde había animales vestidos de traje y corbata. Fuese lo que fuese lo que me habían inyectado, era un producto de primera".
Mikel Santiago (Portugalete, 1975) ambienta sus novelas en el extranjero, como "La última noche en Tremore Beach", de 2014, que tiene lugar en Irlanda, o "La isla de las últimas voces", de 2018, que transcurre en una isla de Escocia. Dos años después de aquélla, regresa al thriller con un libro en el que la acción se sitúa en su Vizcaya natal, si bien ha inventado una localidad ficticia, Illumbe, que sitúa en la comarca de Urdaibai. "Quiero tener mi propio Castle Rock", aclara en las entrevistas, aludiendo al pueblo ficticio de la obra de Stephen King. "Euskadi tiene todo lo que yo necesito para mis crímenes literarios: acantilados, bosques, senderos, paisajes muy verdes, tormentas potentes. ¿Por qué me voy a ir más lejos o a otro país?".
¿Creará toda una saga en Illumbe? "Primero veamos qué tal funciona "El mentiroso" y luego ya veremos", argumenta el autor.
Ediciones B publica "El mentiroso", de Mikel Santiago, en edición en tapa blanda con solapas, de 480 páginas, que sale a la venta al precio de 19,85€. También está disponible para descargar en versión e-book, por 7,59€.
Sinopsis de "El mentiroso", amnesia retrógrada
Tras pasar casi un día en estado cercano al coma, Álex despierta en la cama de un hospital, aquejado de amnesia retrógrada, que le impide recordar lo que le ha ocurrido en los últimos días. Erin, su novia, le explica lo que le ha contado la Ertzaintza: cuando conducía de madrugada su furgoneta se salió de la calzada y colisionó con un pino.
Al hacer un esfuerzo, Álex puede determinar que ejerció su trabajo –se dedica a la jardinería– en la casa de Txemi Parra, un famoso actor, y que al terminar hizo unas compras y tomó un par de cervezas. Pero ha borrado de su memoria lo que pasó a continuación, salvo por algunos fogonazos en los que se ve a sí mismo en una fiesta, en la que suena Chet Baker. También tiene un recuerdo mucho más engorroso: se despertó con un golpe en la cabeza en una fábrica abandonada junto al cadáver de un hombre barbudo. Ni siquiera sabe si fue él el asesino… Decide averiguar de quién se trata y qué ocurrió por su cuenta, antes de que le detengan.
Crítica de "El mentiroso", giros muy bien trazados
El thriller (palabra que proviene del inglés "thrill", que significa "asustar", "estremecer" o "emocionar") se define como un género que mantiene al lector (o espectador de cine) a la expectativa, provocando una tensión 'in crescendo'. Mikel Santiago ha conseguido el ejemplo perfecto, con una obra que empieza absorbiendo al lector, y a partir de ahí va hacia arriba. Los diccionarios tendrán que colocar la portada junto al término.
Sin menospreciar (ni mucho menos), sus trabajos anteriores, quizás sea su mejor libro, porque tiene una trama muy bien urdida. No conviene saber demasiado antes de acometer la lectura, pues se disfruta más dejándose sorprender con giros bien resueltos (ni siquiera conviene leer reseñas como ésta antes de terminar el volumen). Mikel Santiago sorprende con el manejo del ritmo, pues consigue (no es una tarea baladí) que ocurran muchos acontecimientos a gran velocidad, sin que el lector se pierda. También se diría que se supera a sí mismo porque al jugar en casa, el autor portugalujo ha logrado una mayor cercanía que nunca con los escenarios y personajes. Sus referencias modernas a videojuegos como "Mario Kartz", personajes como Thor, y estilos musicales variados, otorgan al escrito una enorme frescura, que ya quisieran otros autores españoles en la cima desde hace más tiempo, pero acartonados.
Buena ambientación entre montañas del norte de España, con carreteras solitarias, y noches oscuras y lluviosas. Traza bien a los personajes, sobre todo a Álex, en principio el yerno ideal que cualquiera querría, pero que sin embargo oculta sorpresas un tanto turbias; en cualquier caso, está bien justificado y resulta tan humano que el lector se identificará con él y lo pasará mal, temiendo por su suerte, en algunos pasajes. Permanecerán en el recuerdo secundarios como Erin, su preocupada novia, Jon Garaikoa, su abuelo, pescador vasco que pierde progresivamente la memoria, su cuidadora, Dana, y Félix, un escritor que arrasó en un momento dado pero en horas bajas (¿refleja el temor del propio Santiago a acabar también hundido como él?). Pese a que está concebido como un entretenimiento de calidad, no se trata de un volumen hueco y superficial, pues da que pensar sobre temas como la soledad, la propia identidad, y el olvido, que cuando se produce provoca que la vida deje de tener sentido. También existe cierta reflexión sobre la ética en el oficio de novelista. No falta un toque feminista, al hablar de los maltratos machistas.
En resumen, un libro para pasarlo bien. Lo disfrutarán lectores de cualquier edad y condición que se dejen llevar.
Reseña de "Reina roja", de Juan Gómez Jurado
Tras su primera novela, "Espía de Dios" (2006), Juan Gómez Jurado se convirtió en un escritor de éxito a nivel internacional. Siguió arrasando con "Contrato con Dios" (2007) y "El emblema del traidor" (2008) pero desde su sexta novela, "Cicatriz", de 2016, se había dedicado en cuerpo y alma a su saga de libros juveniles "Alex Colt 10". Ahora, regresa a su estilo habitual con "Reina roja".
Ediciones B publica "Reina roja", en edición en tapa dura con sobrecubierta, de 508 páginas, que ha salido a la venta al precio de 20,90€. También está disponible en versión para descargar para Kindle, por 4,74€.
Sinopsis de "Reina roja", la llegada del "Mentor"
Suspendido de sueldo y empleo tras un incidente, el inspector bilbaino Jon Gutiérrez acepta un encargo de un desconocido, que se hace llamar "Mentor". Deberá localizar a una mujer llamada Antonia Scott.
La encuentra en un ático sin muebles de Lavapiés, en Madrid, de donde no sale desde hace tiempo, ni tampoco recibe visitas. El vasco se da cuenta de que se trata de una persona excepcional, de extraordinaria inteligencia, con capacidad de ayudar a los demás. Intentará hacerla salir de su exilio y ambos acabarán investigando juntos un crimen.
Reseña de "Reina roja", una novela de personajes
Tan correcta como fresca, algo ligera pero se disfruta al máximo. Sobra decir que no decepcionará a los incondicionales, pese a las grandes expectativas que ha generado durante este tiempo Juan Gómez-Jurado, al haber estado tanto tiempo sin publicar uno de sus thrillers. Y cosechará a otros cuantos seguidores más. Conviene no saber mucho del argumento antes de lanzarse a leer, para no estropearse las sorpresas. Ni siquiera qué crimen tienen que resolver los personajes centrales.
El autor escribe con bastante dinamismo, no sólo por su forma de escribir, sino también porque da con puntos de giro que literalmente obligan a lector a seguir con el texto, aún robando horas al sueño. Combina muy bien a dos narradores, uno en tercera persona y otro en primera, consiguiendo mantener el interés hasta un final muy bien hilado. Pese al tono de thriller, también logra un par de momentos hilarantes, y evocadores homenajes al cine y a la música de Joaquín Sabina.
Los protagonistas, Antonia Scott –una mujer excepcional en lucha anterior– y Jon Gutiérrez –un tipo socarrón en busca de redención–, dejan poso, y se complementan a la perfección. Por suerte, el autor advierte en el epílogo de que regresarán en posteriores libros. Parece que ha encontrado un filón.
Reseña de "El día que se perdió el amor", de Javier Castillo.
El joven malagueño Javier Castillo logró un enorme éxito con su primera novela, "El día que se perdió la cordura", elaborada durante año y medio mientras viajaba en el tren de cercanías, en sus desplazamientos a su puesto de trabajo como consultor financiero. Editado primero en una plataforma digital, después apareció en papel, en 2016, en Suma de Letras.
Ahora, ha escrito una especie de secuela, donde remata puntos inconclusos del anterior, formando una especie de bilogía.
Suma de Letras publica "El día que se perdió el amor", en edición en tapa blanda, de 432 páginas, que sale a la venta al precio de 17,00€. También está disponible en versión para descargar, para Kindle, por 9,49€.
Sinopsis de "El día que se perdió el amor", las notas misteriosas
2014 en Nueva York. Una joven con muestras de haber sido agredida aparece en las instalaciones del FBI. El Inspector Jefe Bowring, agente despistado con dificultades para averiguar cualquier asunto, investiga unas notas que llevaba, con nombres y fechas. Una de las personas aludidas en las mismas muere horas después decapitada.
El crimen causa revuelo tras aparecer en los medios de comunicación. Además, tras un interrogatorio queda claro que la chica puede advertir sobre nuevas víctimas, y que además conoce datos sobre el caso de Kately Goldman, que Bowring trata de desentrañar desde hace años. Mientras Stella Hyden convive con Jacob, el hombre de su vida, tratando de asumir su verdadera identidad.
Crítica de "El día que se perdió el amor", una nueva taza de café
El autor ata algunas incógnitas que quedaron sueltas en su obra anterior, por lo que quizás no funcione del todo como obra independiente; en cualquier caso conviene leerla sólo después de "El día que se perdió la cultura". A quienes aquélla les parezca un fenómeno editorial totalmente inexplicable, pueden abstenerse perfectamente, pues ofrece más dosis de los mismos ingredientes, por ahora no se detecta una evolución visible.
Así, ofrece una intriga criminal más sencilla que la anterior, que más o menos absorbe al lector predispuesto a ello, con un desenlace efectista, no del todo convincente. Su prosa no pasará al panteón dedicado a Quevedo y a los grandes de la pluma en español, pues de nuevo escribe con un estilo propio de un guión cinematográfico, sin calentarle demasiado la cabeza al lector de best-sellers. Gracias a esto al menos consigue un ritmo trepidante, por lo que la novela se acaba enseguida. Sus personajes, muchos de ellos ya conocidos, pueden intercambiarse por los de cualquier novela negra architípica, y nadie notaría la diferencia. No profundiza más en ellos, en todo caso ofrece más datos de Carla, al narrar su infancia.
Pese a ciertas críticas a los cuerpos policiales, de que avisa sobre el peligro de las sectas destructivas y un leve análisis de que el ser humano puede llegar a donde sea necesario por amor –la misma temática de su predecesora–, no parece que el autor tenga la intención de ofrecer contenidos humanísticos de calado, sino que se ha centrado en componer un entretenimiento de lo más ligero. Desentonan un poco sus toques sentimentalistas, y que en un momento dado uno de los personajes alabe su primera obra, detalle un tanto narcisista.
Crítica de "El regreso del Catón", de Matilde Asensi
Más de veinte millones de ejemplares ha vendido Matilde Asensi, desde que debutó con "El Salón de Ámbar", seguida de "Iacobus". El punto de inflexión en su obra llegó en 2001 gracias a "El último catón", que consagró a la autora a niveles internacionales.
Nadie esperaba que después de tanto tiempo transcurrido, y de dedicarse a otras novelas, como la trilogía de "Martín Ojo de Plata", la alicantina ofreciera a los lectores la oportunidad de reencontrarte con Ottavia, Farag y Kaspar, los personajes de aquella emblemática obra. Sin embargo, 14 años después aparece "El regreso del Catón", la secuela.
Inesperadamente, reciben la visita de los Simonson, matrimonio de millonarios nonagenarios que les sorprenden enseñándoles la reliquia que tienen en su poder: el último Lignum Crucis verdadero, el único resto de la Vera Cruz, la auténtica Cruz de Cristo, que aún no poseen los Staurofilakes, la antigua secta que ahora tiene como líder a su antiguo amigo Kaspar Glauser-Röist, La Roca. Les ofrecen una generosa oferta si aceptan emprender la búsqueda de nueve ancestrales osarios, supuestamente de Jesús de Nazaret y el resto de sus familiares.
Para Ottavia, encontrar la prueba de que Cristo no hubiera resucitado entraría en contradicción con su fe en el Catolicismo. Se niega, aunque su esposo está deseando aceptar. Tras el descubrimiento de que su sobrina les ha espiado y se ha enterado de demasiados datos, y la visita inesperada de Kaspar, emprenderán una búsqueda que seguirá los viajes de Marco Polo, en realidad un enviado del Papa en busca de los mismos osarios.
Un punto a su favor reside en que muchos lectores, aún teniendo un buen recuerdo de la primera entrega, no la tengan demasiado fresca. No resultará necesario que se la vuelvan a leer, pues se recuerdan los datos más sustanciales.
"El regreso del Catón" no trata de ser original, pero la autora conoce de sobra las claves del éxito de su predecesora, por lo que de nuevo incluye conspiraciones, romance, viajes a localizaciones exóticas como Jerusalén, Mongolia o Estambul, y también esas pruebas que deben superar los personajes y elementos del género de aventuras. Por supuesto, vuelve a estar presente ese sentido del humor que destilaba el volumen.
Aporta una visión de la situación de la Iglesia Católica en el momento actual, en tiempos del Papa Francisco. En cualquier caso, está claro que Asensi no simpatiza con la institución, pese a que trata de defender la postura contraria a través del personaje central, Ottavia, fervorosa creyente.
Quizás acusa que tarda en arrancar, y la falta de antagonistas claros puede generar la impresión de que los personajes avanzan con facilidad, pero estos están bien descritos, sobre todo Ottavia, que ejerce como narradora con bastante fuerza, y que acusa el paso del tiempo desde la aventura anterior, por lo que se ha vuelto más precavida, y en algunos casos un tanto miedosa. Entre los nuevos llama la atención Isabella, la joven que aporta conocimientos de nuevas tecnologías, o Abby, la nieta de los Simonson.
Reseña de "La última confidencia del escritor Hugo Mendoza", de Joaquín Camps
Sinopsis de "La última confidencia del escritor Hugo Mendoza", manuscritos misteriosos
Comienza con un prólogo que tiene lugar en el Pacífico Sur, donde el patrón del Bamba descubre a la deriva otra embarcación, con una única persona a bordo, enferma tras haber ingerido un pez globo. La decisión tomada en este momento tendrá consecuencias en el futuro.
A pesar del riesgo que siempre lleva consigo la mezcla de géneros, el debutante Camps salta de uno a otro con aparente facilidad, y aunque el conjunto puede enmarcarse en su conjunto como un thriller, tiene dignos pasajes de novela negra, y acción, que posiblemente no inventen la pólvora, pero que aún así destilan una enorme frescura.
En resumen, se podría decir que se trata de uno de esos libros especiales que sólo aparecen de vez en cuándo; de los pocos que pueden convencer por igual a los lectores exigentes, como a quienes únicamente lean best-sellers intrascendentes. Quizás sea porque Joaquín Camps ha conseguido su máximo objetivo: "lo más importante para mí era divertirme yo, escribiendo, y posteriormente divertir al lector".
Booktrailer de "La última confidencia del escritor Hugo Mendoza":