Crítica de "Cicatrices", de Ángel Zero

"Yo solo quería a alguien con unos brazos que tuvieran la capacidad de ser ese «a salvo». Que parecen dos palabras sin importancia, pero cuando los miedos te aflojan el cinturón, la vida te deja desnudo".

Ángel Zero (Gijón, 1988) está causando sensación poco a poco. De momento, ha despuntado en redes sociales, tras publicar "Ella", su primer libro, una recopilación de textos dedicados a la persona amada. Ahora llega a las librerías el segundo, de mayor extensión, y mucho más ambicioso, pero que no defraudará ni mucho menos a quienes se han fijado en él.

Tiene como representantes a dos poetas de nueva generación con cuyas obras tiene mucho en común. Por un lado el cantautor Marwan, que afirma que "está enamorado del amor y sus poemas son el fiel reflejo de ese flechazo", y por otro David Martínez Rayden, escritor y rapero, que ha escrito un logrado prólogo. "Amar y abrir el corazón como la primera vez, a pesar de vivir en estos tiempos de odio, capricho y fugacidad emocional, sólo lo puede hacer un loco de remate o un superhéroe que se muere por vivir", explica.

Planeta publica en España "Cicatrices", en edición rústica con solapas, de 286 páginas, que sale a la venta al precio de 12,30€. También está disponible en versión digital para kindle, por 7,59€. Llega al mercado a tiempo para posicionarse entre los libros para regalar en Navidad 2017-208.


Sinopsis de "Cicatrices", el dolor de amar

Al igual que en su libro anterior, fusiona los poemas con prosas líricas, alternando ambas modalidades. Esta vez, reúne 145 cicatrices, que vienen a ser reflexiones sobre el amor en la actualidad.

Tienen gran interés los textos que forman el epílogo, bautizados como "bonus tracks". Consiste en una recopilación de consejos, se diría que para facilitar el proceso de amar y tener pareja. "Guarda siempre la distancia de seguridad. Si te quedas tetrapléjico emocional es bajo tu responsabilidad".

Crítica de "Cicatrices", de Ángel Zero

Toda una sorpresa, ya que habla del dolor como elemento inevitable tras el enamoramiento, apelando a la serenidad que se necesita para hacerle frente. A algún lector veterano podría recordarle al film "Tierras de penumbra", donde un C.S. Lewis encarnado por Anthony Hopkins decía que "el dolor de ahora es parte de la felicidad de entonces", tras perder a la persona amada.

Este texto vendría a ser el reverso luminoso de aquél, textos muy positivos donde se puede intuir lo que puede ocurrir en el futuro, pero de los que se concluye que se impone concentrarse en el aquí y ahora, se hace necesario disfrutar al máximo del momento bueno, antes de que se acabe.

Se comienza la lectura con continuas sonrisas, evocando los momentos más memorables del enamoramiento, pero el autor acaba hablando del miedo a la soledad, nexo en común de todo el material recopilado. No se trata de un canto a la resignación, aquí se divaga sobre posibles métodos para evitarla, se sugiere por ejemplo en alguna ocasión que la experiencia puede fortalecer las relaciones sentimentales, y se invita a cuidarlas para evitar o al menos retrasar el desencuentro.

Texto fresquísimo, que se lee solo (o sea que entra tan bien que en cuanto te das cuenta ya te lo has acabado), disecciona el amor en la sociedad moderna, marcada por las nuevas tecnologías. Ángel Zero parece muy a gusto en su época, pero a veces se permite alguna crítica constructiva hacia la misma. "Estoy cansado de amores SMS donde los 'te quiero' se envían abreviados con un 'TQ' porque parece que el pasado te ha comido todas las ganas", comenta un pasaje.

Salpica las líneas de golpes de humor ingeniosos, y de referencias a la cultura pop (aquí caben citas hasta a "Sexo en Nueva York", o sea que todo vale). Quizás los lectores de mayor edad teman lo peor cuando comiencen la lectura, pero pronto queda claro que pese a esa visión joven de la vida, subyace una mirada bastante inteligente y lúcida.

Por esta razón, resulta bastante representativa la cicatriz 19, donde el joven evoca a su abuelo, representante de las viejas generaciones, y apela a la nostalgia. Pero que nadie que tenga el libro en sus manos se abstenga de echarle un vistazo a la 50, donde se compara una relación amorosa, con una película, una canción, un libro y una imagen.

Se puede vaticinar una carrera interesante para este recién llegado. O al menos una que conviene seguir de cerca.


 

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