"La fiesta de la insignificancia", de Milan Kundera

A sus 85 años, el veterano escritor checo afincado en Francia Milán Kundera (Brn, 1929) publica una nueva novela. El autor de "La insoportable levedad del ser" llevaba 14 años de silencio tras "La ignorancia", por lo que su regreso supone todo un acontecimiento literario.
Aunque hayan pasado los años, el autor sigue siendo fiel a su estilo, marcado por las constantes chanzas, que en realidad encubren reflexiones filosóficas de calado e interpretaciones polisémicas.
"La fiesta de la insignificancia" ha sido editada en España por Tusquets, en un volumen encuadernado en tapa blanda, de 144 páginas, que sale a la venta al precio de 14,90€.
Sinopsis de "La fiesta de la insignificancia"
La trama es mínima, pues más bien se compone de conversaciones de personajes y paseos. La novela se inicia con una oda alabando la belleza del ombligo femenino, propiciada por la obsesión de Alain por contemplar a las jóvenes que lo muestran al llevar cortas camisetas.
El periplo de este personaje corre paralelo al de otros viandantes que pasan por los jardines de Luxemburgo de París, como Ramón, un veterano profesor que posiblemente ha contraído una enfermedad mortal, y ha renunciado a ver la exposición de Chagall que le fascina por las largas colas. Por su parte, Caliban, un tipo que ha inventado su propio idioma, se dedica a contratar camareros para organizar un cóctel.
Crítica de "La fiesta de la insignificancia", el Kundera más surrealista
El estilo literario de Milan Kundera resulta tan absorbente como siempre en su elegante mezcla de novela y ensayo. Mantiene constantes autorales que reconocerán sus incondicionales, especialmente la crítica a los mandatarios en general y al comunismo y a todos los totalitarismos en particular.
También recupera su tono más surrealista, a la hora de retratar el lado más absurdo de la sociedad. Por supuesto está muy presente el erotismo, y la insignificancia a la que alude el título como esencia de la existencia.
Mitifica el humor, como forma de enfrentarse al mundo, y reflexiona con enorme solidez sobre la teología, ofreciendo la visión de que la fe no sobrevive a un análisis crítico, y sin embargo resulta absolutamente necesaria para enfrentarse a las dificultades cotidianas.
Pese a sus pasajes sumamente ingeniosos, como se esperaba puede resultar decepcionante en relación a "La inmortalidad" y otras obras cumbre del escritor. Pero el libro que para muchos podría ser la despedida literaria de Milan Kundera mantiene un alto nivel, y se puede definir como un digno entretenimiento vodevilesco-surrealista con algún que otro disparo con bala a la sociedad moderna.

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