Crítica de "Los años de peregrinación de un chico sin color", de Haruki Murakami


Tres años después de la extensa (y para muchos aburridísima "1Q84"), el japonés Haruki Murakami regresa a la novela con "Los años de peregrinación del chico sin color". Se trata de uno de los lanzamientos más esperados de los últimos años, pues curiosamente, el japonés ha ido ganando en lectores, al tiempo que mantiene su prestigio para la crítica.
Tusquets ha editado en España "Los años de peregrinación de un chico sin color", en edición en tapa blanda, de 320 páginas, al precio de 19,95 euros.
Sinopsis de "Los años de peregrinación de un chico sin color" 
Tsukuru, treintañero dedicado a la ingeniería, que conserva estaciones de trenes, arrastra el trauma de haber roto con sus cuatro amigos de toda la vida cuando dejó Nagoya, su localidad natal, para irse a estudiar a Tokio.

Solo en la vida, estuvo a punto de suicidarse hasta que encontró el amor, gracias a Sara, su amante, que le convence de que recupere a sus amigos.

Tres años  después 
Sorprende que tras la delirante y esperpéntica obra anterior, ahora Murakami haya dado un giro radical, pues compone una obra completamente realista, sin un mínimo elemento de carácter fantástico o siquiera onírico. Por este motivo, el 'beatnik' resulta bastante irreconocible para sus seguidores incondicionales a nivel formal.

Sin embargo, en cuanto al contenido, "Los años de peregrinación de un chico sin color" sigue siendo muy de Murakami, puesto que recupera algunas de sus constantes temáticas, como la soledad, las tendencias suicidas, la capacidad de motivación vital del amor, la música, y el valor de la amistad.

Crítica de "Los años de peregrinación de un chico sin color", una novela de poco calado 
Superior a lo que el autor de estas líneas esperaba, tras aburrirse profundamente con 1Q84, lo cierto es que el planteamiento daba más de sí, y el resultado final acaba siendo un tanto tibio. Técnicamente muy correcta, le falta capacidad de emocionar.
Aquellos que tras la sorprendente y redonda "Tokio Blues. Norwegian Wood" se hayan ido desencantando progresivamente de las obras del japonés, no quedarán demasiado convencidos. Los incondicionales de su obra la seguirán con pasión pero posiblemente llegarán a la conclusión de que se trata de una obra muy menor.

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